Descendientes - Salvemos al País de Nunca Jamás

Descendientes - En busca de mi Norte

—LA PRINCESA VALIENTE XXXIX—

PERSONA OMNISCIENTE

Dicen que las personas que están destinadas a estar juntos, al final siempre encontraran la manera de hacerlo, ya sea en la vida o más allá de ella.

Ni Meido, ni Tristán sabían que sucedería después, pero aún así sus corazones no podían impedir querer encontrarse el uno al otro y saber que estaban juntos.

— ... cold come calling, when the path isn't clear, and the stars disappear, as an endless midnight's falling —

Tristán por su parte, había sido liberado de sus ataduras, pero aún preso en el almacén del barco, no pudo evitar que la depresión y la tristeza lo invadieran, pensar que no sabría si volvería a casa o volvería a ver a sus amigos o madre, lo ponía de puntas, pero su corazón se destrozaba al pensar que no podría volver a ver a Meido, una vez más.

Y ahí, en la parte más alta del barco, dónde el pilar más alto toca el cielo y el viento mece con más fuerza, Meido se hallaba perdida en sus pensamientos, tal vez intentando que su mirada que iba más allá de los mares que la rodeaban, le diera la oportunidad de alcanzar y poder mirar también a Tristán.

— Desert Moon, wild and free, will it burn just for me? —

Y ahora era imposible que escucharán sus plegarias a la luna.

— Shine down —

— Shine down —

— Till I find my way to you —

Meido anhelaba algo que la guiará a Tristán y Tristán, él solo quería volver a estar con ella, él estaba seguro que Meido estaba tan preocupado por él y ella sabía que Tristán estaba tan expuesto por Úrsula, le preocupaba que la bruja de mar intentará atacar a Tristán de la forma más despiadada posible. A Ariel le había quitado su voz, pero ¿Quién sabe que haría con el joven príncipe? 

— I can find my way —

— I can find my way —

Y una vez más ambos se unieron al unisono.

— I can find my way —

— To you —

¿Podría alguien escuchar sus plegarias y ayudar a la joven pareja en su canción de auxilio para volverlos a unir? Porque el dolor en sus corazones era interminable.

Fue Tristán quien en un suspiro terminó por caer al suelo y bufar, aún en su corazón estaba la tristeza, pero también albergaba una pequeña pizca de la esperanza.

— eres un muchacho enamorado eh —y Peter no dejo pasar lo que veía. Pues, le recordaba en sus tiempos cuando conoció a sus amores pasados, cada una de ellas que marco una diferencia en él.

Meido por su parte suspiro apoyando sus codos en las barandas del mirador y deseando una forma aún, de encontrar a Tristán.

Tal vez un camino, un rastro, una luz, algo….

Tristán dibujo una sonrisa en sus labios en medio del almacén y acepto sin reproche lo que el señor Pan me había dicho— y siento que es la correcta —

— oh, ya veo, ¿Acaso le declaraste tu amor? ¿Cuando es la boda? —Peter bromeó frente a Tristán, pero el contrario solo dibujo una media sonrisa.

¿La boda? Pensó Tristán, hacía mucho que estaba planeando como pedirle a Meido la mano, pero era difícil cuando se trataba de ellos, siempre habían peligros cuando estaban juntos.