Descendientes - Salvemos al País de Nunca Jamás

Descendientes - De regreso

—LA PRINCESA VALIENTE LIV—

Los suburbios de la isla, estaban abarrotados, pues hoy, ellos también tendrían una fiesta, como solo ellos sabrían hacerlo, mientras tanto en Auradon seguramente también estaban en arreglo, Mal me lo confirmó.

Caminábamos entre los callejones, yo con mi moto y Diaval con la suya, mientras Mal caminaba entre nosotros.

La miré de arriba a abajo burlona, venía a la isla con un vestido— que sutil —masculle desviando mi mirada.

— ¿Que? —Mal me había escuchado y mientras caminábamos podía sentir su mirada de confusión en mí.

— el vestido, ¿Por qué vienes en vestido a la isla? —

Mal entonces se miró a si y bufo arreglándose el cabello, no debía omitir que también tenía su corona— es, es protocolo, soy la reina, debo vestir como tal —

— jamás vendría a la isla con un vestido —inquirí.

— eso es porque eres princesa, el detalle en una princesa es que es menos pesado que una reina —bufó y rodó sus ojos— al menos en ti está más bien tu desarrollo, eso es lo que le importa a todos, pero en mí, ya debería ser un ejemplo y creeme, realmente es muy difícil —

Entre cerre mis ojos y bufé también, durante mi recorrido del año pasado, las personas exigían que me comportara como una princesa, aunque siempre me veían como una amenaza. Era exhaustivo.

— te comprendo —musite apoyando mi peso en la moto a la par que caminábamos.

— por cierto, Evie diseñó un vestido para ti, dice que tuvo de pronto una "revelación" —abrió sus manos como si se tratara de magia, fruncí mi ceño y sonreí extrañada.

— es extraño que Evie tenga "revelaciones" en base a mí —

— pues la tuvo, además, Dizzy está mañana fue a tu habitación —se me había olvidado decir que demore cerca de cinco horas metida en mí, por lo que tuvo suficiente para entrar a mi cuarto y darse cuenta que no estaba, tanto Mal, como Dizzy— por cierto, aún debes explicarme por qué Ryan estaba en tu habitación, creí que no te gustaban las pijamada y si hacías una, debías avisar, a mi y al hada madrina —

Suspire con lastima— Ryan no quería dormir en su cuarto, por lo de Tristán, insistió en quedarse en el mio, fue impredecible, al final tuvo una charla con Diaval —

— era una pijamada —

— no era una pijamada —

— Diaval ¿Cómo estuvo la pijamada? —ella me ignoro, me ignoro por completo.

— el joven Ryan es muy profundo en sus palabras —y Diaval ayudaba en sus términos, bufé con vagueza.

Y como había dicho antes Mal, cuando salimos de la cueva, un auto morado la esperaba en la entrada de la isla, justo al frente del puente que conectaba con Auradon.

— digno de una reina —masculle viendo cómo chófer se atrevía a acercarse.

— bueno, supongo que aún debo hacer cosas, la fiesta iniciará en menos de cuatro horas, los invitados llegarán y ni siquiera estoy lista, Evie me matara sino llegó a tiempo —y de pronto, después de un suspiro Mal parecía tensa, como si algo le pesará de pronto— Ben y yo debemos encargarnos de que todo quede bien, además de recibir a los invitados —

Miraba de un lado a otro, porque realmente no sabía que contestarle a todo ello, sonaba demasiado agobiante, pero Mal suspiro y sonrió— como sea, Evie tiene tu vestido, ve con ella cuando llegues, dijo que fueras antes de las cuatro, está muy ajetreada con la entrega de vestidos —y caminaba, mientras hablaba, era su manera de despedirse— Diaval, tu también, Dizzy tiene tu vestuario —

— entendido, señora —

Mal miró hacia atrás con mirada fulminante, estaba claro que quería matar a Diaval.

Pero, una ráfaga de viento hizo que mi cabello cayera en mi rostro y me diera cuenta entonces que mi cabello se había vuelto más oscuro, fruncí mi ceño tomándolo en mi mano y mirando con ironía.

— ¿Por qué cada movimiento que hago? Me cambia algo en mí aspecto —

— Muchos lo denominan evolución, mi señora —mire a Diaval y luego lo volví a mi cabello.

— vaya evolución —masculle— ¿Me cae bien? —el cabello que Dizzy me había preparado antes de irme a el país de las maravillas ahora era de tonalidad azul.

Diaval me miró con sus cejas doblegadas, parecía preocupado y entonces dijo— ¿Le soy sincero? —lo mire con ira acumulada en mi interior, creo que este cambio no me quedaba bien, pero Diaval sonrió en sumisión y dijo— usted es hermosa, pero su cabello… —

— ya no digas más —masculle deteniendiendolo con la mano.

El resto lo contaré, Diaval y yo subimos a la moto, ambos después de unos minutos que el carro de Mal se la llevará, todos en la isla parecían muy entretenidos con sus cosas y sería mejor no molestar, a la velocidad moderada Diaval y yo terminamos llegando a la preparatoria y a tiempo, justo cuando la preparatoria entera estaba en preparaciones tal como unos días antes de irme. Aunque yo no formaba parte de eso.

La entrada en el instituto fue muchas veces interrumpida, por personas con enormes cosas, algunos con globos, otros con… candelabros.

Aunque ninguno era un estudiantes, los estudiantes no estaban ayudando en la decoración, eran todos los sirvientes y mucamas de la preparatoria y el castillo.

— princesa, es bueno volver a verla —

— princesa —

— lady Meido —

Y entre muchos otros saludos que prefería omitir, pero atendí a cada uno con una sonrisa y pase de largo, suspirando seguido de ello.

Y llegar a mi cuarto y ver aún la cama de Ryan, era abrumador, casi no tenía espacio aquí dentro.

Pero, si Tristán no volvía a recordar nada, posiblemente Ryan se quedaría aquí hasta el final de la preparatoria.

— ligero e impreciso, desaparece la cama en un santiamén —pronuncie el hechizo con vagueza y moví mi dedo ahora que así se hiciera. Seguido de ello me tire en cama.

Aún con dos problemas en la cabeza.