Descendientes - Salvemos al País de Nunca Jamás

Descendientes - Aguas tormentosas

—LA PRINCESA VALIENTE XXVII—

MEIDO

Rayos.

Estornude por segunda vez.

— ¿Segura que no te estás resfriando? —podía escuchar a tientas la voz de Harry, quien desde su puesto me miraba con cierto humor.

Porque ciertamente había estado estornudando por más de un minuto y eso no era nada bueno— no seas idiota —musite con recelo, pero volví a estornudar.

— tenga Meido, esto la ayudará —y fue Diaval quién se ofreció a darme una bebida caliente, la cual realmente no sabía de dónde había sacado— cuenta la leyenda —pare el trayecto de la bebida en cuanto Diaval se dedicó a contarme una historia.

— ¿Qué le metiste a esto? —

Y Diaval con la sonrisa más dulce y sus ojos cerrados respondió con orgullo— tentáculos de calamar y extracto de bacalao, efectivo para los mareos y estornudos marinos —lo separé de inmediato.

— ni hablar —y acto seguido lo deje sobre un barril cercano, tratando de no vomitar, pero fue Ryan el que terminó haciéndolo, tirando todo lo que tenía a las interminables aguas de Nunca Jamás— excelente, has contaminado Nunca Jamás —bromee— creo que etl necesitara más ese extracto de bacalao —indique a Diaval.

Ryan se limpió su boca y miró con miedo a Diaval justo en el momento en que este se dictaba a irse en busca de ese exquisito jugo. Mantuve la cordura aunque por dentro quería reír.

— ¿Estás bien? —

Sonreí de lado y tome la mejilla de Tristan— estaré bien —su manera de preocuparse muchas veces era demasiado tierna, preguntándome silenciosamente si necesitaba algo o acercándose delicadamente.

Pero Tristán entonces sacó algo de su bolsillo y frunció su ceño extendiendo el frasco que conocía bien, el medicamento que Diaval me proporcionó, mire a Tristán— Diaval dijo que ya debías tomar tu medicamento —asentí y sonreí tomándolo.

Aunque sentía que a Tristán no le sentaba nada bien que yo tomara esto. Pero también sabía que Tristán sabía que era la única manera de mantenerme aquí.

— gracias —masculle nerviosa hacía él, solo suspiró y sonrió.

Y mantuvimos la mirada el uno en el otro por un tiempo indeterminado hasta que Ryan habló— cuando regrese de salvar el mundo, dormiré por una semana completa —Tristán sacó una sonrisa burlona y yo rodeé los ojos obviando una sonrisa y dirigiendo mi mirada a Ryan.

— pues recuerda que cuando regresemos también deberás asistir a clases —

Ryan sentado sobre un barril me miró atónito— pero, salvaremos el mundo —

Sentí la risa de Peyton y el bufido burlón de Harry, pero aún así seguí hablando con Ryan— pero somos estudiantes y debemos seguir los estudios, el hada madrina te lo dirá —aclare con una ceja alzada.

Ryan bufó y terminó por deprimirse solo en su barril. Pobre muchacho.

— hubiera elegido quedarme —

— ya ¿Por qué no lo hiciste? —

— porque ustedes están aquí, somos un equipo ¿No? —y escuchar esas palabras salir de los labios de Ryan por un momento me dejó atónita.

¿Un equipo? Entonces él sabía que éramos, todos aquí lo oyeron y nadie protestó, mire a todos y todos parecían estar de acuerdo en lo que decía Ryan, ¿Realmente esto era un equipo? 

Habíamos pasado tantas cosas y ahora, aún así seguíamos juntos. Creía en que podríamos seguir juntos, que derrotaremos a Úrsula y los regresamos a la isla a todos, al final Harry recupera a su familia o al menos lo intentarían, Peyton tendría a su padre de nuevo y la paz de Nunca Jamás también, todos regresamos como los héroes de Auradon que no nombraron, pero lo más importante regresamos todos, nadie quedaría atrás y nadie faltaría.

En esto tenía fe.

— vaya, parece que lloverá —pero la voz de Andy me hizo reaccionar y entonces ví el suelo oscuro y las mareas se estaban alzando, frunci mi ceño, esto no era una tormenta normal, el color del mar se estaba volviendo verde y el cielo, el cielo ahora estaba oscuro, las nubes habían tapado todo rastro de luz, volví mi mirada a él barco de Jake, ¿Aún estaban ahí? Y lo ví a la lejanía, me dió un poco de alivio, en el recorrido que hicimos Diaval y yo no vimos nada a nuestro alrededor, pero ahora sucedió esto.

— Peyton ¿Así llueve en Nunca Jamás? —cuestione dudosa, pero Peyton negó con la cabeza y tragó fuerte.

— nunca he visto un tiempo tan terrible —

— no es una tormenta normal —y la voz de Harry se escuchó— sujétense, estemos vuelta, en el mar estamos muy expuestos —

— espera, no nos dará tiempo, estaremos muy indefensos —contradije con mi ceño fruncido.

Harry me miró con su ceño fruncido— ¿Qué se supone que haremos? Estamos en aguas que Úrsula puede controlar, no esperaremos a que un tentáculos gigante aparezca —reprendió con su ceño fruncido y tomó su timón.

— Harry tiene razón, no podemos quedarnos así —Tristan también lo apoyaba y parecía que ya no teníamos más remedio.

Pero algo dentro de mí crecía y me era imposible ocultarlo, la desesperación en su máximo esplendor, no tenía idea de lo que sucedería, pero sentía que esto no iría nada bien.

— ELEVEN LOS MÁSTILES, RECOJAN LAS VELAS —

¿Recoger las velas? Nos quedamos estáticos, pero el mar estaba alzando demasiado, estábamos en peligro.

Corrí escaleras arriba en buscad e Harry mientras este solo se mantenía estático— ¿estas demente? Harry —mi respiración se estaba entrecortando.

— Es la única manera de que Úrsula no nos tome en los mares —sus ojos de loco me dejaron desorbitadas, pero Harry sonrió—  ¿acaso no conoces el mal cuando está cerca? Princesita —bufe y me aleje en cuanto soltó una risa al aire, estaba desquiciado, cuando las cosas subían de nivel, Harry se volvía loco— mira nada más, después de todo no son tan tontos —fruncí mi ceño, Harry miraba algo en particular, algo que después vi yo, el barco de Jake se alzaba sobre los aires, saliendo del mar. 

— polvillo mágico —masculle impredecible en cuanto vi los destellos de polvo mágico, Tinkerbell había empezado actuar. Pero nuestro barco empezaba a sacudirse con fuerza.

— BACALAOS, PREPÁRENSE —me tome del balcón del capitán mientras veía cómo todo se movía, el barco estaba siendo desechado por el mar, era algo que ya podía ver o algo que pensé.

El polvillo de hada rodeo entonces las velas en espiral— Tinkerbell —masculle.

Había venido en nuestra ayuda.