—LA PRINCESA VALIENTE VI—
Y podría decir con la mayor certeza que tan solo pasaron quince minutos, cuando el barco bajo anclas en el puerto de un reino próximo.
Pensé que tendríamos más tiempo aquí dentro, bufe al instante en que sentía como alguien me tomaba por el hombro, fruncí mi ceño cuando aferró más su agarre y sentí el hedor a vómito salir de la persona— nog... —Ryan terminó impulsándose para sacar su cabeza y vomitar.
Hice un amago en el rostro y tape mi boca, que asco— ¿que rayos te pasa? —cuestione mirándole— no me digas que tienes nauseas por el barco —masculle con recelo.
¿Y así quería unirse a la tripulación de Uma?
— no es eso... —volvió a vomitar, se incorporó y me miro— es solo que esta mañana tome jugo de mora —hizo un amago de asco.
Estrelle mi mano contra mi cara, por lo tonto que era este tipo, porque si bien recordaba el jugo de mora no es de los favoritos de Ryan, le causa indigestión y muchas ganas de vomitar.
— creo que tenía mucha mora, no me di cuenta que era de eso —suspiro— Meido, no me siento bien —me crucé de brazos viendo como se deslizaba hasta el suelo.
— ya tenemos a uno menos —grite a ciegas viendo como Ryan no podía ni con su propio cuerpo.
— ¿qué le pasó? —la voz de Tristán apareció a mi lado y con una sonrisa de lado le respondí.
— el chico no soporta el jugo de moras, pero igual tomo uno —masculle en un suspiro.
— ¿por qué lo tomo? —ahora era Diaval quién aparecía extrañado.
— porque es un tonto que no le importa nada con tal de tragar —regañe, pero Ryan empezo a tener hipo.
Era un desastre— ¿qué hacemos ahora? —masculló Diaval viendo al pobre Ryan hipar demasiado.
— sea lo que sea deberá ser fuera del barco —la voz de Harry tras nosotros me hizo ver como indicaba la salida con su garfio— presiento que tendremos compañía muy pronto —pues seguramente él ya había visto que una docena de soldados se acercaban a paso firme y subían al barco.
Alcé mi ceja expectante, cuando uno de ellos apareció firme y presentable— ¿quién de ustedes es la princesa Meido? —
Mire de reojo a Tristán, quien se había vuelto con interrogante— soy yo —camine al frente— ¿sucede algo? —
El soldado hizo silencio por unos instantes, analizando para después caminar unos pasos frente a mí y parar a tan solo centímetros— princesa Meido —llamó, asenti, su mano se movió de su cintura a su cabeza y con un saludo formal me miro— la guardia real del Castillo le saluda y agradece su visita, pronto los soldados se inclinaron en sentido a nosotros y el oficial frente a mí igual lo hizo.
Nos daban la bienvenida.
— esto me gusta —masculló Harry con una sonrisa de lado, tratando de tocar uno de los cabellos de uno de los soldados.
— Harry —regañe al instante, lo cual hizo parar al chico y mirarme con su mirada entrecerrada.
— eres aburrida —bufé ante su comentario.
Seguido de ello, la guardia real nos guió por el puerto para poder llegar al castillo donde la reina Ariel nos esperaba.
¿Saben que era lo increíble de esto?
Ella sonreía saludandonos, pero no con vestidos largos, ni arreglada correctamente como reina que era, ella sonreía y saludaba vestida con un pantalón y con su cabello rojo suelto, sonreía a medida que nos veía subir por las escaleras y traía un estilo muy victoriano, pero a la vez moderno, la señorita no se veía para nada igual a la otras reinas o princesas, ella tenía su cabello super corto, esto si que era diferente.
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Descendientes - Salvemos al País de Nunca Jamás
FantasyLa vida de los Héroes de Auradon vuelve a verse en peligro. Una vez más Meido y sus amigos se ven en apuros por ir a rescatar un reino, esta vez irán hasta Nunca Jamás en ayuda a Peter Pan y su familia, aún con los problemas que se le presentan a Me...