Descendientes - La hada de Nunca Jamás

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—LA PRINCESA VALIENTE XI—


Al primer momento en que puse un pie en el barco fui recibida por parte del "polvillo" que resultó ser una chica con un arco apuntando en mi dirección.

Fruncí mi ceño— eres un hada malvada —acertó con su ceño fruncido.

Alce una ceja y con una sonrisa de lado me crucé de brazos, su aura destellaba un sentido muy enigmático, pero alegre y bondadoso— mi nombre es Meido —masculle analizandola.

— bien, Meido —estaba dispuesta a tirar la flecha— este es tu fin —fueron mis sentidos los que me ayudaron a dar un salto y mantenerme volando al momento en que la flecha quería venir a mí, fruncí mi ceño y con mi mano dirigida a ella hice que una onda sonora provocará el desequilibrio en la chica para terminar cayendo nuevamente del barco que tanto se movía.

Gruñí con detenimiento en cuanto vi que los chicos aún estaban en peligro— PEYTON ¿QUE HAGO? —el pobre Peyton se mantenía aferrado a un lugar, mientras Diaval tomaba en sus brazos a una desmayada Andy— ¿esta bien? —cuestione acercandome a ellos, pero a duras penas Diaval podía responderme.

Bufé y vole alrededor del barco en busca de Peyton y tomándolo de su mano lo aleje del barco— HAHAHAHAHAHA —gruñí, Peyton se había asustado de mi aspecto seguramente.

— Peyton, calmate —gruñí— dime que hacer —

Peyton trago, pero a duras penas me contesto— un poco de polvillo, le falta un poco más de polvillo —

—¿donde rayos conseguiré polvillo? —gruñí.

— No te atrevas a lanzarlo —alce una ceja en cuanto una tercera voz apareció, pronto a mi lado la chica de antes volaba con unas particulares alas, fruncí mi ceño y ladee la cabeza.

— así que eres un hada —masculle.

— DRIZZLY —y Peyton la conocía.

— yo te salvaré Jack —y con su ceño fruncido la chica sacó una flecha de su espalda y la puso en su arco.

— espera, Drizzly, espera, no es lo que... —esquive la flecha a medio hablar de Peyton, gruñí, cada vez sentía más frío la mano de Peyton.

— ¿estas bien? —Cuestione.

— creo que mi brazo se está cansando de estar tanto tiempo sin sangre —y levantó su mirada y me sonrió.

Creo que era mala idea tener así a Peyton, agarrado de una sola mano— polvillo de hada —masculle.

— sí, solo necesitamos eso —

— ¿conoces a la chica? —

— es mi hada acompañante —me dirigí al barco, tratando de evadir a la hada eufórica y deje a Peyton justo donde lo había visto, lo cual me dio también una vista de cómo estaba el pobre de Harry, reí.

— acompañante o no esa chica me puede dar un flechazo —acerté dejando a Peyton aferrado a algo.

— Drizzly es algo paranoica, pero es una buena hada, por favor no le hagas nada —suspire en cuanto a las palabras de Peyton y asentí a ello.

Quise buscar con mi mirada a Tristán, necesitaba saber que estaba bien, pero en medio de estribor y babor, la chica había aparecido y me había opacado la vista, nuevamente estiró su arco para lanzar una flecha, mi alas ya se estaban cansando de estar así.

— Drizzly —llamé en medio de tanto movimiento, ella seguía apuntándome, esto no funciona.

— DRIZZLY, NO LO HAGAS —pero la voz de Peyton la llamó— es mi amiga, son mis amigos, nos ayudarán, ¿recuerdas? —Drizzly frunció su ceño y me miró de arriba a abajo, mire a un lado y luego al otro y volví mi mirada a Drizzly, ella parecía no creer en mí, pero aún así bajo su arco y guardo la flecha— Drizzly, necesito tu polvillo para equilibrar el barco —otra vez la voz de Peyton, fue entonces cuando la chica en silencio pero con su mirada fría voló sobre todo el barco y dio vueltas hasta convertirse en una pequeña hilera de polvillo que rodeo el barco por completo, la estabilidad volvió al barco poco a poco y pronto se encontraba en total equilibrio, descendí con mis alas en él y me arrodille, mis alas me pedían descanso y lo entendía, así que las guarde por el momento, cerrando mis ojos con un suspiro y haciendo desaparecer mi esencia demoníaca.

Abrí mis ojos plantados en el suelo, creo que era todo por hoy.

— ¿un hada oscura? ¿ayudando a un chico? —los pasos de la chica estaban frente a mí, fruncí mi ceño levantando mi mirada.

— ¿un hada del polvillo usando un arco y lanzando sin resentimiento? —contraataque.

Pero a ella no le causó gracia, sino que desvió su mirada y la dirigió detrás de mí, caminó a paso seguro, donde sus pasos se escuchaban en cada tablón, suspiró pesadamente, estaba demasiado cansada, por lo que no dudó en caer al suelo.

Creo que necesitaba más de esos medicamentos.

— vaya eso fue intenso —uno de los tripulantes de Harry hablaba con tanta sorpresa.

— ojalá el viaje no sea por completo así —masculló el otro, los pude mirar de reojo y ver como ambos se iban caminando.

— Meido —pero fue el príncipe blanco que vino en mi ayuda y me ayudo a levantarme.

La verdad no tenía ganas ni de levantarme, pero Tristán estaba haciéndolo— creo que necesito dormir —masculle con recelo.

— no hay tiempo para dormir, princesa Meido —¿por qué en la boca de esa hadita mi título sonaba tan detestable?

— pues no pedí tu opinión, Drizzly —masculle a regañadientes.

— te llevaré a la cabina para que descanses —asentí ante la idea de Tristán.

Al mismo tiempo pude ver a Ryan, quien parecía sentarse con algo de mareo, eso me alegró un poco.

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