Descendientes - Los rastros de la tristeza

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—LA PRINCESA VALIENTE XXXVIII—

MEIDO

— entonces Jake y su tripulación se fueron —y aunque estuviera bien y me sintiera bien, Ryan me obligó a seguir comiendo, según él instrucciones obligatorias de Diaval.

Y no con pesar, sino con mucha hambre le tome la palabra a Ryan y acepte la comida sin refunfuñar.

— sí —al parecer exhausto, Ryan se sentó a mi lado— luego de una discusión entre Harry y la hada esa, tuvieron que irse para no tener que seguir causando problemas —

— ¿tuvo problemas con Tinkerbell? —rodee los ojos— es entendible —

Pero entonces Ryan guardó silencio y aunque intuí que había algo que lo seguía preocupando, me hice de la mirada gorda y seguí comiendo, comía demasiado, tal vez por mi preocupación que me estaba tragando por dentro.

Y después de un tiempo Ryan habló— ¿crees que no le harán nada? —

Estaba realmente preocupado por Tristán. Entonces recordé a Dizzy, cuando me dijo que Ryan había vivido aventuras en el País de las Maravillas y estaba segura que fueron junto a Tristán.

Pero con referente a la pregunta de Ryan... por el bien de ellos y de su tripulación espumosa, más le valía a Úrsula que no le hiciera nada a Tristán. Porque lo lamentaría en gran manera.

— no hay de qué preocuparse —clave mi mirada de recelo en la puerta— si saben lo que les conviene, será mejor que no lo hagan —

— Claro —en un suspiro Ryan se incorporó y por un momento hizo una mueca de disgusto, fue entonces que revisó en su bolsillo algo que le molestaba y cuando lo hubo encontrado, mantuvo su mano dentro del bolsillo y su mirada perdida.

— ¿Ryan? —tragué la comida que llevaba y terminé dejándola a un lado.

— aún no es momento —entonces bajó su cabeza— será mejor que vayas afuera —suspirando volvió a levantar su cabeza— hay algo más que debes saber —

Percibí en ese momento una tristeza plasmada en su rostro y lo sabía, sabía que su corazón estaba inundado de dolor por la pérdida de Tristán, pero mi dolor se había convertido en furia, una furia que planeaba usar con Úrsula. Pero la tristeza que acogía este barco era enorme, a primera instancia pensé que era Ryan el que la portaba, hasta que me di cuenta que realmente no era él, no era el que cargaba la tristeza en este barco, sino la chica que vi después de salir de la cabina, la chica que desconocí por instantes, aquella que estaba rodeada por una sábana porque tenía frío, cuando antes ella era un rayo de sol.

No sabía que la tristeza me aguardaba al otro lado de la puerta, donde el barco permanecía apacible en el mar y donde la luz de la luna llegaba a iluminar.

Andy yacía tras el timón del capitán, sentada, siendo custodiada por Harry y aunque la percibí a la lejanía no me atrevía a pensar que era realmente ella, el cabello de Andy había cambiado de color y ahora lucía maltratado y tosco, Andy estaba sentada y acurrucada sobre sí misma. Mire a Harry, pero este siquiera se dignó a mirarme, pero su ceño fruncido me decía algo que era difícil de descifrar.

Ryan se sentó a un lado de Andy y frotó sus brazos, Andy no se inmuto en alejar nada, ni ponerse en contra, tal vez se debía a que la fuerza de su voluntad no era para nada fuerte en este momento.

Me agaché a su lado, mientras guardaba silencio y recordaba las palabras de Ryan antes.

ella ya no se reconoce a sí misma

Era cierto, Andy lucía irreconocible, sus cejas habían crecido más de lo normal, sus labios eran más pálidos que mi piel y sus ojos, se habían vuelto tan negros y desolados, que podrías creer que no había alma en ella, tenía ojeras, ojeras que abordaban todo su ojo. Pero, al acercar mi mano a su pecho y sentir su corazón, pude notar algo que realmente me llenaba de tristeza.

Andy juró desde que tuvo conciencia proteger a Tristán, para ella, Tristán era la razón de su vida y por la razón que seguía luchando, es cuestión de lealtad su relación, una lealtad irrompible

Ryan tenía razón, el corazón de Andy no latía con una frecuencia correcta, tal parecer que su lealtad y su tristeza la estaban consumiendo, era como ver a un cachorro desamparado sin su amo.

Quite la mano de su pecho, porque las lágrimas que transmitía su corazón yo las estaba mostrando en mis ojos.

— Andy, te prometo que Tristán regresará —y entonces me levanté, porque aunque ella no estuviera dispuesta a decirme nada igual pelearía por Tristán.

— ¿crees que será tan fácil como la vez pasada? —sin que se lo pidiera Harry habló.

¿Tan fácil como la vez pasada? sonreí de lado.

— esta vez atacaremos nosotros primeros, basta de tratar la paz, quiero lo que me pertenece —no dije más para el momento en que deje de lado a Harry y me dispuse a idear un plan, uno que me permitiera encontrar a Tristán o que me dieran indicios de su paradero.

Porque a este paso, Andy moriría de tristeza y yo no sabría seguir controlando mis impulsos.

Descendientes - Salvemos al País de Nunca JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora