Descendientes - MEIDO

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—EPILOGO—

MEIDO

Y lo demás es historia. Pasado dos días, Ben y Mal anunciaron que tendrían un bebé, pasado dos meses más dieron a conocer que sería una niña, Tristán estuvo conmigo hasta el final de la preparatoria, luego de nuestra graduación. Tristán se fue, pero prometió que volvería, nuestro compromiso también salió a la luz, al salir de la preparatoria, nuestros amigos se entusiasmaron mucho, Ryan me molestaba cada que podía, aunque la primera noche no pude dormir por la emoción de cargar un anillo, cuando jamás pensé tenerlo.

Peyton regresó dos semanas después de haberse ido y también se emocionó por nuestro compromiso, Hades cumplió su promesa y enseñó a Mal lo que podía, con. En cuidado necesario para que el bebé no resulte en riesgo.

Mal cumplió su promesa, volvió a Luna, fue alucinante, un espíritu presente entre personas, deseo un momento de soledad, mientras estaba aquí y lo hicimos, Mal y yo dejamos a Luna con su familia, desconozco sus palabras, pero sabía que tenía que ver con disculparse.

Mal la devolvió al mundo de las almas pasado su tiempo, pero la orden estricta de Hades era que yo no podía ver ni como la traía, ni como la regresaba.

Pasaron los meses restantes y para entonces, la niña ya había nacido, Auradon entero se emocionó, todos hablaban de ella, era la noticia del siglo, la hija de Mal y Ben, finalmente estaba. Obviamente, que en el proceso fue Ben el que más sufrió, el pobre trataba de calmar el hambre de Mala a media noche, se asustaba cada que Mal presentaba malestar, estaba con ella durante toda la noche cuidando de que nada le pasará, hasta había tenido ojeras de su preocupación y al final su sonrisa y lágrimas fueron las más conmovedoras.

Pero, pasados seis meses más, yo me case, no fue en Auradon, mi boda fue en el país de las Maravillas, con Mal y Ben también estuvimos ahí, todos presentes, inclusive la pequeña Reina, también asistió, Mal y Ben le dieron la oportunidad a la reina Bella que diera el nombre y por lo visto estaba muy apegado a la realeza, a ambos le gustaron. Reina era de cabello castaño, como Ben, pero sus ojos eran tan relucientes y verdes como los de Mal.

Y ahora, estaba a un paso del altar.

— ¿Recuerdas esa vez en la limusina? —rei por lo bajo al recordar al que Mal había nombrado.

De alguna manera, ella logró conectar con Jay, quién se encontraba en Arabia y con Carlos, ambos acordaron en asistir a mi boda.

— estabas tan nerviosa —masculle con gracia.

— de pequeña nunca imaginamos casarnos —

— bueno —baje la mirada, el vestido era precioso, a manos del sombrerero e Evie, trabajaron juntos oro él— tampoco ser lo que somos, una reina y una princesa —

— futura reina, de hecho —asentí ante su razonamiento, una vez que fuera esposa de Tristán, también sería la reina de Marmóreo.

Pero… no lo había pensado así.

Solo pensaba en que pronto él y yo seríamos uno solo para siempre, no había visto a Tristán en todo el día.

Las trompetas sonaron, Mal suspiro, yo también, las puertas frente a mí estaban siendo abiertas, era la hora.

— ¿Lista? —

— Lista —

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Mil gracias, una y otra vez a cada uno de ustedes que leyó está historia, desde el principio hasta el final.

Sí, estás en el final de la historia.

Espero, verlos en otra aventura.

Muchas gracias, los amo.

UN ABRAZO PSICOLÓGICO.

Por cierto, MULTIVERSO -ACTIVADO- otro capítulo se ha desbloqueado 😉

Descendientes - Salvemos al País de Nunca JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora