Descendientes - Dime ¿cuándo pasó?

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—LA PRINCESA VALIENTE XXIV—

INTRODUCIR CANCIÓN CUANDO SE LE INDIQUE

Y ahora en el anochecer me encontraba sentada sobre la hoja en la que antes estuve. Las estrellas aún seguían siendo muy hermosas a esta hora, supongo que ser hada tenían sus ventajas, las estrellas realmente se veían hermosas en este lugar.

Suspire y presione mis rodillas contra mi pecho.

Aún no podía quitar de mi cabeza la idea de esa pesadilla. La pesadilla en que era arrastrada al inframundo por cadenas y Luna tomaba mi lugar. De solo pensarlo el corazón se me encogía, realmente no quería pensar en eso, pero cada momento que me encontraba sin pensar en otra cosa, Luna aparecía en mi mente.

Que gracioso. Yo era la villana y ahora parecía que alguien más me hacía la vida de cuadritos. 

esa niña humana que conocí, ella es la que volverá —y abrió la puerta.

Baje mi mirada y sentí como paso a mi lado.

¿Ese era mi destino? 

— Ha no ser que logres llegar a un acuerdo con el alma que tienes atrapada dentro de ti, ese será tu futuro, piensalo bien, Meido, porque si estas aquí es porque ya has tenido enfrentamientos con esa alma —fruncí mi ceño.

Un enfrentamiento con Luna eh. 

Hacerlo ahora no era buen momento, tenía algo que terminar y si me metía ahora mismo a luchar con ella, posiblemente no tendría la valentía, porque realmente yo no era una princesa valiente…

Rodee los ojos viéndole llegar— y estos —miró sobre todos nosotros, nuestras estatuas— creo reconocer a uno de los tantos héroes de Auradon —y luego dirigió su mirada a mí— también de Arabia —hizo un ademán— llegan muchos rumores, inclusive Encantia, hablan de..¿Cómo la denominaron? —lo pensó en una estancia, pero luego caminó hacia un lado y jalo una cortina lateral y tal como cuando llegó, las luces se iluminaron y dejaron ver otra habitación, las estatuas miraban en el sentido contrario, pero eran más.

En el museo de historia había muchas estatuas, inclusive la estatua de LA PRINCESA MEIDO - LA PRINCESA VALIENTE. Aún no podía creer que Ben haya hecho algo así, hacer estatuas de mi. De todos.

Sonreí débilmente, como quisiera ser lo que esa estatua decía.

— aquí estás —y cómo ventisca de invierno llegó la voz de Tristán, él estaba aquí. Me levanté de inmediato para recibirle, el sonreía complaciente— ¿Sabes cuantas flores tuve que buscar para encontrarte? —rio por lo bajo— inclusive encontré una mariquita que estaba a punto de dormir —

— perdona, creo que me quedé en las estrellas —masculle en un suspiro, no quería mencionarle que también pensaba mucho en lo que vi en las pesadillas.

Suspiró con una sonrisa en sus labios aún— que haré contigo —y se acercó lentamente tomando mis manos con las suyas.

INTRODUCIR CANCIÓN

Y entonces se acercó aún más, besando mi frente, apoyando la suya con la mía. Podía sentirlo tan cerca.

Y eso… realmente me calmaba. Sonreí, me encantaba escucharlo cantar.

Debí correr muy lejos de tu boca y de tu piel, caí en la trampa —sonreí en compensación.

Sin querer, mis ojos te miraban distintos ayer, no sé, yo no pedí quererte así y tal vez lo necesitaba —aun sostenía mi mano. Mientras daba vueltas a mi alrededor y me guiaba con su encanto.

Y aún más cerca de mi tomo mi rostro en sus manos y envolvió mi cintura con su otra mano, me sentía atrapada entre la nieve, pero con el calor del amor al cien.

¿Desde cuándo me había vuelto tan necesitada al tenerlo cerca? A tener su presencia en mí.

— ¿Cuándo me quedé perdido en tu voz? —sus labios tan cerca de mí— y era porque eres perfecta y pasó —creo que… sentía algo en mí…

Algo cálido que me arropaba. Cuando estaba con él, el tiempo mismo parecía detenerse para nosotros y sentía la tranquilidad y la felicidad, de pronto sentía que podía hacer cualquier cosa si él estaba a mi lado.

Dime ¿Cuándo pasó? —y también debía admitir que endulzaba mi vida.

— ¿Te había dicho lo hermosa que te ves? —ahogué  un grito de amor.

Baje la mirada y mordí mi labio inferior, debía estar a la altura— Dicen que enamorarse es peligroso —y cuando quise mirar su rostro, me di cuenta lo débil que era, me embelecé en su mirada, en sus labios rojos. Mientras uníamos nuestras voces, con el frío que abrazaba las brasas de nuestro amor.

Y tu canto con el mío, explota mis sentidos —nuevamente volvía a sentir su mano en mi mejilla, adoraba que me tocará con tanta delicadeza— Dime, ¿cuándo fue que te empecé a amar? —y entonces caí en cuenta, mi mirada quedó en suspenso, cuando mi corazón atisbo la palabra "amar"

¿Realmente amaba a Tristán? ¿Amaba a este chico? Baje mi mirada, pero me acerco más.

Cuando vivía en la isla decían que el amor era una simple fantasía, que realmente no existía, yo lo creí, lo creí por mucho tiempo, pero Tristán, no sabía que sentía cuando estaba con Tristán, en ocasiones me sentía confundida, en otras desesperada por sus labios, pero también por su presencia y cuando me di cuenta, ya era tarde para regresar atrás, con Tristán realmente… sentía lo que era el querer y muy en el fondo sabía que había empezado a amar a este chico, pero que él ahora lo dijera con tanta naturalidad, ¿Realmente me amaría? 

dime ¿Cuando paso? —masculle en sonora cerca de sus labios. Ansiaba besarle.

Su mano en mi mejilla, realmente ya no quería esperar más tiempo, ansiaba poder volver a unir los labios con los suyos, sentir el frío que amaba tanto… yo… realmente amaba a Tristán.

No podía creerlo, realmente lo amaba.

Pero hablo— no esperan en la iniciación —él detuvo el momento, frunci mi ceño y me separé.

— ¿Qué? —

— debemos ir, nos esperan —y sin más alzó en vuelo con mi mano junto a la de él, pero quedé estancada en el suelo.

¿Por qué no me besó? En vez de eso me miraba divertido. Baje mi mirada y toque delicadamente mis labios, me había jugado un mal pase.

— ¿Meido? —estaba indignada… y también enojada— ¿Pasa algo? —descendió cerca mío. 

¿Pasar algo? Le mire con furia y me crucé de brazos— no pasa nada —despúes de todos solo había venido para llevarme a la iniciación— andando, no vayamos a llegar tarde —y ascendí sin más preludio dejándolo en la hoja en medio de la noche 

¡Ay qué rabia!

Descendientes - Salvemos al País de Nunca JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora