Descendientes - Héroes

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—LA PRINCESA VALIENTE XLVII—

Y apenas fuimos capaz de anclar a tierra firme, en el puerto de Auradon, los soldados nos invadieron y fui la primera en dar la cara.

— princesa Meido, la esperábamos —pensé que por la manera en la que había llegado, era porque había pasado el tiempo que nos habían dado, pero no, ellos nos esperaban. Nos dieron una reverencia.

— ¿Desde hace cuanto? —

— ¿Sabían que veníamos? —cuestiono Ryan tras de mí, pero mi respuesta fue respondida por el capitán de ellos, era fácil definirlo porque era el único festivo de forma diferente.

— desde hace dos días, mi princesa, cuando no volvió a aparecer ninguna otra amenaza —

— ¿Han estado a salvo desde que nos fuimos? —

El capitán sonrió y asintió— gracias a usted y su tripulación —

— eso es bueno —me alegraba saber que Auradon no había sufrido daño alguno, pero aún quedaba cabos por terminar— Diaval, busca a Úrsula, Garfio y Gothel —

— ¿Trajo a los prisioneros? — instintivamente, sentí que esa palabra no me gustaba, no para ellos.

— no utilice esos términos, capitán, por favor, refiérase a ellos por sus nombres —

— pero, princesa, son criminales —Diaval ya había ido a buscarlos.

Y aunque sentía el enojo de los soldados, no podía evitar también sentir la incomodidad de Harry.

— aún así, son personas y yo digo que no deben ser llamadas de esa forma —no quería hacer sentir a nadie más incómodo— todos merecemos oportunidades, así que por favor, trate a los señores con cuidado —

El capitán sacó el sombrero que cargaba en su cabeza y dejo rebosar una lágrima en su mejilla con una sonrisa, fruncí mi ceño al momento que su sombrero iba al pecho de este— no cabe duda que usted es la mejor princesa que ha tenido Auradon, es un placer, poder estar en presencia de usted —oh vaya…

Reí nerviosa y rasque mi nuca retrocediendo, sin contar el toque eléctrico que pasó en mi espalda— está bien —realmente me estaba sintiendo incomoda.

Pero justo a tiempo Diaval trajo a los… atrapados… quienes no mostraban culpabilidad, sino más bien, enojo.

— otra vez a esa porquería de isla —las quejas de Gothel no hacían más que enfurecer a Úrsula en el camino.

— ¿Te podrías callar? —

— detesto las peleas de mujeres —recitaba Garfio con pesimismo, mientras cada uno de ellos era tomado por dos guardias cada uno.

— con cuidado, capitán y que Diaval también vaya con ustedes —la mirada de mi guardián fue dirigida a mí y compensándolo con una sonrisa, lo convencí para que fuera, aunque no le gustará la idea.

Pero si fue, fue con ellos.

— ¿Sabes? Se siente extraño volver —y Ryan a mi lado, miraba al frente como si mirara el horizonte, sus ojos brillaban, como si estuviera en el final de una película, como si fuera el héroe y todos tuvieran sus problemas resueltos gracias a él.

— ahora somos héroes —recordé— además, así se siente hacer el bien —

— el bien con un poco de mal —un codazo de su parte y no pude evitar reír frente a su comentario. Era lo bueno de estar aquí, que las personas a tu alrededor luchaban por verte sonreír.

Descendientes - Salvemos al País de Nunca JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora