Bang Chan tenía el pensamiento de ser una carga para sus amigos, de dar pena. Motivo que lo llevó a una página y pagarle a cualquier persona que se diera el tiempo de leer sus problemas y ahogos.
Layla necesitaba dinero para costear los tratamientos...
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Félix tomó sus pertenencias para seguido mirarnos a mí y Lina con una sonrisa apenada.
Para mí nunca eran lindas las despedidas, tenía un muy mal recuerdo de la primera que viví y sabía que de alguna manera eso impactaba en las despedidas más mínimas como terminar el semestre escolar o universitario y no ver a mis compañeros por un tiempo.
—Debes prometerme que visitarás Darwin algún día, yo y Chris te recibiremos con los brazos abiertos. —Habló Lix a unos metros del bus que lo llevaría de regreso a su hogar. Estás dos semanas habían sido eternas pero a la vez muy cortas, y eso que había permanecido un par de días más sentía que nunca sería tiempo suficiente para dejar de disfrutar con Félix.
—Lo prometo, y cuando quieras volver solo debes llamarme a mí o Lina. —Contesté.
—Oye, a mí no me metas en estas cosas. —Advirtió pero a los segundos rió, todos sabíamos que de alguna manera igual quería a Félix—. Bueno, solo hazlo con anticipación.
Sonreí, al menos no se habían terminado odiando, en el fondo sabía que todo era un juego de Lina pero Félix no conocía su forma de ser y pensaba lo peor, incluso que podía llevar a una muy mala relación. Pero por suerte todo había resultado muy bien, incluso podía asegurar que no había solo amistad.
Me acerqué unos pasos hacia Félix y sin aviso lo abracé, sabía que eventualmente nos volveríamos a ver cara a cara pero eso no me impedía no extrañarlo, Félix había comenzado a ser parte de mi rutina diaria y aunque al principio era algo extraño tener a alguien más en casa definitivamente todos disfrutábamos de su presencia.
—Te extrañaré mucho, te hablaré todos los días y prometo que cuando vaya a Darwin pasaremos todo el día juntos. —Hablé mientras mis brazos estaban alrededor de sus hombros, pude escuchar la risa grave de él y sonreí con nostalgia, por mucho tiempo no volvería a escuchar su risa directamente.
—Yo igual es extrañaré, estaré eternamente agradecido por esto, me has recibido siendo un completo extraño. Cuando viajes a Darwin avísame. —Asentí para luego deshacer el abrazo, Lina me observó y luego suspiró. Ambas sabíamos que igual iba a extrañar a Félix, de alguna manera igual se había encariñado con él pero no lo admitiría completamente.
—Bueno, supongo qué... Resultó ser que no eras un varón tan inútil. —Ambos rieron—. Lejos pero muy lejos te extrañaré, solo un poco porque fuiste el varón menos inútil que he conocido.
—Gracias por eso... Creo. —Rió. Observé cómo se unieron en un corto abrazo, Félix dejó sus pertenencias en un lugar apartado del bus y luego suspiró mirándonos. Era la despedida.
—Entonces esto ha sido todo. —Elevó sus comisuras formando pequeños hoyuelos—. Gracias por todo, en serio.
—Ya, llorón. —Dije y con Lina lo abrazamos por última vez. Daba igual que lo hubiésemos hecho antes, valía la pena volver a hacerlo considerando la gran cantidad de tiempo en la que no nos volveríamos a ver.
