Bang Chan tenía el pensamiento de ser una carga para sus amigos, de dar pena. Motivo que lo llevó a una página y pagarle a cualquier persona que se diera el tiempo de leer sus problemas y ahogos.
Layla necesitaba dinero para costear los tratamientos...
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—¿Y esto qué es?
—Una playa JiSung. —Respondí apenas nos bajamos del taxi.
—Sí pero, ¿Algún monumento nacional? ¿Un lugar protegido por el estado? ¿Una reserva nacional? —Preguntó.
—¿Monumento? ¿Una playa? —Susurró Félix a lo qué reí, cerca habían pequeños lugares para comer algo rápido y otros puestos de artesanías o los famosos recuerdos de "Visité Darwin, Australia" "Amo Darwin" agregando que era un lugar bastante tranquilo ya algo hippie.
—Solo es una playa, eso es lo especial.
—Ya entiendo. —Asintió con la cabeza de manera lenta luego giró el cuello bruscamente para mirarnos, tan así que estaba seguro haber escuchado un hueso o algo así—. Entonces Darwin es lindo en general.
—Australia en sí, pero sí.
Avanzamos por el camino guiado por el cemento hasta que llegamos a la arena, ya no había un camino visualmente hecho. Solo seguir nuestro propio instinto y dejarnos llevar a dónde nosotros mismos quisiéramos.
Tragué saliva pensando eso, a dónde nosotros realmente queremos ir. ¿Yo quería ir a Corea? Quizá el ambiente de la sociedad no me gustaba, no tenía buenos recuerdos con eso pero sí buenos recuerdos con mis amigos, los entrenadores y por más que me cayera yo seguía perseverante ahí sin que nadie me derrotara, y nadie lo hizo.
Solo yo mismo me había derrotado. Mi peor enemigo había sido yo.
Deseaba siempre ver a los chicos y ahora solo me detenía ir por querer ver a Layla a quien eventualmente de todas maneras vería, ir a Corea significaba aceptar una muy buena propuesta que esperé mucho tiempo; ser líder del grupo de baile, ver a los chicos más seguido y probablemente más dinero, aparte de seguirme dedicando a lo que me gusta.
Sí, definitivamente era mi camino. No sería una decisión para el resto de mi vida que luego nunca podría cambiar, no, era una decisión que me brindaría muchas oportunidades ahora y a lo largo de mi vida. Mi plan de ver a Layla seguía presente, solo ahora debía priorizar una cosa antes que la otra y eso era mi sueño.
—Y Félix... —Oí la voz de JiSung dirigirse hacia mi mejor amigo—. ¿A qué te dedicas o te gusta hacer?
—Mmmh, me gusta mucho la cocina. Me gusta aprender nuevas recetas y formas de cocinar, aunque también me gusta bailar es un buen pasatiempo... Si tuviese que elegir uno de los dos no podría, amo hacer ambas cosas, no podría vivir sin el baile o sin cocinar.
—Oh, eso suena genial... Sobre todo que te guste bailar.
—JiSung. —Exclamé su nombre, sabía a lo que quería llegar—. No te apresures.
—Perdón. —Rió—. Pero ya sabes, es con todo pagado, es una gran oportunidad.
—¡JiSung! —Lo regañé pero a la vez reí. Él realmente con su forma de ser, reír y hacer sentir mejor a los demás era único.
