Cap 42. ¡Me quitas oxígeno, Félix!

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—Lina, te vas a resfriar si te quedas ahí. —Reclamó Layla viendo a su amiga en la misma posición que hace diez minutos. Fuera de la puerta principal.

—No voy a entrar si está él ahí.

—Lina, no lo puedo echar.

—Claro que puedes.

—Santa mierda, ¿Qué tienes con los hombres? No puedes odiarlos a todos.

—Es el mejor amigo de tu Sugar Daddy. —Explicó abriendo los ojos, como si eso fuese lo peor del mundo—. Me da puto miedo.

—Puedes sentarte lejos de él.

La menor hizo un puchero y resignada entró a la casa, la dueña del hogar aplaudió al lograr su objetivo y a los pocos segundos Lee salió de la cocina.

—Hola, soy Félix. —Se acercó para poder saludarla, o al menos verse educado en conocer a la chica.

—Tu nombre se traduce como varón inservible. —Soltó, Félix quiso reír creyendo que era una broma pero al no ver siquiera un músculo reaccionar de la cara de la chica sus comisuras bajaron volviendo a la seriedad, sintiéndose de repente cohibido.

—Lina. —Regañó. La nombrada suspiró y le dió la cara a Félix, quién se veía nervioso algo que le causó ternura a la rubia.

—Me llamo Lina, no necesitas saber más. —Habló, su amiga rodó los ojos y Félix sonrió.

—Algo es algo. —Se dirigió a la chica que le ofrecía hospedaje y por último, a la más pequeña de estatura—. Y es un gusto conocerte Lina, Layla me habló antes de ti.

Jones arrugó la nariz viendo a su amiga, volviendo a mirar a Félix y sentándose en el sofá individual.

—Espero que te haya dicho que odio a todos los varones y que no puedes estar más cerca que cinco metros.

—Estás exagerando. Lix puedes sentarte yo voy por las galletas. Más vale que te las comas, Félix cocina delicioso. —Dijo lo último para su amiga.

—Nunca le he dicho que no a la comida.

[...]

Los tres adolescentes se encontraban en el comedor de la casa, hablando de variadas cosas, sus experiencias en la Universidad, anécdotas de hace unos años u otras con amigos.

—Gritó como loca, definitivamente es el hombre de su vida. —Contó Layla cuándo su mejor amiga había asistido al concierto de su artista favorito; Louis Tomlinson—. No sé como no te echaron.

—Louis es el único hombre que me hará gritar. —Contestó, Félix comenzó a toser a causa de tomar mal su jugo y la chica se dió cuenta lo que había dicho—. Uy, eso sonó mal.

Félix comenzó a reír, Lina lo miró como si nl hubiese nada de lo que reírse, como su fuese algo completamente anormal pero luego de dos segundos empezó a reírse de la misma manera qué él, contagiando a Layla en el proceso.

—Debo admitir que las galletas de Félix estaban ricas. —Comentó Lina tomando una—. Agradece porque a mí vista los hombres hacen todo mal.

—En lo último bromea. —Aseguró Anderson para que Lix no pensara que la rubia de verdad odiaba a los hombres.

—Aww, muchas gracias. —Se acercó en el momento que ella no lo miraba y la abrazó en el sofá que estaba sentada.

—¡Me quitas oxígeno, Félix! ¡Cinco metros de distancia! —Dijo empujándolo pero el pecoso solo deshizo el abrazo para sentarse a su lado—. Córrete Félix, me ocupas oxígeno.

Sugar Daddy » Bang ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora