Sugar Daddy » Bang Chan

Cap 57. Mentir al corazón

Chan

—¿Entonces ahora es tu novia? —Preguntó Félix, había estado contándole lo sucedido con Layla y cómo es que ahora éramos novios, no de la manera que me hubiera gustado pero lo éramos—. ¿Pero es cómo en juego?

—Sí y no, no nos podemos engañar ni nada... Si nos conociéramos en persona posiblemente comportarnos como novios pero bueno... La diferencia es que es por un determinado tiempo y no somos novios porque nos gustemos, bueno, no de manera mutua.

—¿Entonces ya asumiste que te gusta?

—Irónico porque ella me ayudó a hacerlo. —Reí, si no me hubiese hecho esa pregunta y yo haberla contestado no me hubiera escuchado y me hubiese dado cuenta de las cosas—. Pero sí, ya lo asumí, hace media hora pero lo hice.

—Y ahora es tu novia, realmente quién pudiera.

—Sí... Pero no es mi novia sabiendo que me gusta, aunque se lo traté de decir indirectamente pero creo que no lo entendió y después no pude explicarlo, me cohibí. —Reí pero la verdad igual me complicaba eso. Ella sabía que me gustaba alguien y ahora era mi novia, necesitaba que supiera que ella era ese alguien y no pensara algo como que me gustaba jugar con la gente. Aunque teniendo en cuenta todo lo que sabía sobre mi historial amoroso no tendría por qué pensar eso de mí.

—Ya veo... Es algo complicada tu situación pero al menos has logrado algo. ¿Cuándo termine el tiempo qué harás? Quiero decir, volverás a pedirle que sea tu novia de juego o te declararás oficialmente.

—No lo sé... Supongo que veré qué pasa esta semana, quiero darle pistas que la chica es ella.

—Suerte con eso porque con Noah se ven bastante cercanos. —Se rió y yo lo miré mal—. Tranquilo, solo broma.

—Tu maldita broma me hace preguntarme si realmente son algo.

—Lo dudo... No creo que le guste, se ven cercanos pero no lo sé, simplemente no lo creo.

—¿Lo ha invitado a la casa? —Pregunté y Félix rodó los ojos—. ¿Qué?

—No llevan ni una hora de novios y ya estás así de posesivo.

—Solo es una pregunta...

—No, nunca ha venido. Eso hace Lina, ya parece que quiere vivir aquí.

—O quiere verte a ti. —Comenté sonriendo, solo con el fin de molestarlo.

—Si hubiera podido echarme créeme que ya lo hubiera hecho.

—No creo que te odie, no le has hecho na...

—¡Por supuesto que no he hecho nada! Me odia solo por el hecho de existir.

—¿Estás seguro que no le gustas?

—¿Gustarle yo? ¿Un chico? Créeme, es capaz de colgarse del techo antes que sentir algo por un hombre.

—Exageras.

—¡Pregúntale a tu novia! Si pudiera hacer que los hombres se extinguieran igual que los dinosaurios estoy seguro que lo haría.