Cap 41. Varones con derechos

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El día viernes llegó y con eso más estrés para Layla. Como sus clases en la Universidad comenzaban antes que las de Félix debió explicarle paso a paso como llegar al lugar de su curso de cocina sin perderse.

A las diez de la mañana lo llamó preguntando si había llegado bien o había tenido algún problema, para la suerte de ambos no había tenido ningún inconveniente, incluso se sentía seguro de viajar solo de ahora en adelante, ya que Layla no podía estar dos semanas llevándolo todos los días allá.

Bang por otro lado llegó a su Universidad temprano para su primera clase, con sueño, como era costumbre por su insomnio, algo que claramente no disfrutaba ni le agradaba pero tampoco sabía cómo parar con eso.

Simplemente dormía dos o tres horas al día y ya, cien veces había intentando cosas para detener su problema y ninguna vez funcionó.

Bostezó durante la clase del profesor y Lily lo miró de reojo.

—¿Cuánto fue hoy? —Preguntó la chica en un leve susurró para no interrumpir al profesor y que les llamara la atención.

—Dos horas y veinte minutos. Al menos ahora dormí. —Contestó con una risa amarga y ninguna pizca de alegría.

—¿Has pensado la idea de tomar pastillas?

—Sí y no lo haré. —Suspiró. Podía tener una vida de mierda y un horario del sueño desordenado pero algo que tenía claro es que jamás iba a recurrir a las pastillas. Incluso si su vida dependía de ello no las tomaría. Ni una sola vez—. No me gustan ni quiero hacerme dependiente.

Lily asintió comprendiendo un poco la situación. Ella tomaba pastillas para las alergias, aunque se podía decir que igual era dependiente no era lo mismo. Lily podía dejarlas una semana y se sentiría igual, quizá afectaría en su piel, resfriados y sus defensas bajarían pero dependía más del tipo de persona, agregando que luego de un tiempo era necesario cambiar las pastillas.

En el caso de las patillas o más bien drogas que te ayudaban a dormir o a tratar temas psicológicos era mejor evitarlos, nunca sabrías tu final con ellos. Podías mejorar muchísimo y bajar las dosis al punto de no tenerlas que tomar más en un tiempo o hacerte dependiente de por vida.

Era comprensible el miedo de Bang Chan.

El resto del día pasó tranquilo para Christopher y su amiga, seguían compartiendo durante sus horas libres mientras en pequeños tiempos enviaba uno que otro mensaje a Félix o Layla.

Babygirl (Layla)

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No necesito hacerlo.

Sé lo que hiciste.

Gracias, supongo.

Solo te quedan 7 semanas
y tu perdición se termina.

No te denomines así.

No es como que me
moleste leerte.

Mmmh.

Debo entrar a clases.

¿Pasó algo?

¿Por qué lo dices?

Te leo molesto.

Estoy bien.

Sabes que puedes
desahogarte.

Solo es de esos días
que estoy mal sin
motivo. Nada nuevo.

El rubio bloqueó su celular sin esperar respuesta y caminó por el pasillo hasta su salón. Quería terminar con el día e intentar dormir, sabía que parte de su malhumor se debía a la falta de sueño pero ya no sabía que hacer o intentar.

—Chris vete a casa. —La castaña lo tomó del brazo para evitar que siguiera caminando a la sala—. Te ves terriblemente cansado.

—Solo quedan como tres horas más.

—Chris, te vas a terminar enfermando. Vete a casa y duerme, tu cuerpo ya no puede más. —Lo regañó, tampoco entendía como él se sobre exigía a seguir yendo a la Universidad cuando claramente no se sentía bien psicólogica ni físicamente.

—Ya se me pasará.

Lily inspiró hondo y luego botó todo el aire, tomó a su amigo de la muñeca y comenzó a ir en dirección contraria a la clase. Su cuerpo estaba liviano pero aún así Chan ponía fuerza para no ser básicamente, arrastrado.

—Déjame. —Hizo un puchero.

—Vete a la puta casa Christopher, no es una maldita pregunta.

El nombrado frunció el ceño luego suspiró rendido. Lily era capaz de estar ahí hasta que lo viese tomar un taxi o autobús.

—Si dan tarea, ¿Me la pasarás?

—Hecha si quieres, ahora vete.

—Bien... Gracias. —Y eso fue lo último que dijo antes de salir del establecimiento. Tomó el primer bus que vió en dirección al lugar que vivía y reposó su cabeza contra la ventana—. Me quiero morir.

Layla por otro lado, compró una pequeña merienda antes de entrar a su próxima clase. Luego su celular comenzó a sonar.

—¿Puedo ir a tu casa hoy?

—Hola Lina, yo igual estoy bien. —Contestó de forma sarcástica a su amiga.

—Me alegro por ti. Estaré ahí a las ocho, iré a tu trabajo. Dile a tu vecino que nos lleve, no quiero caminar.

—Aveces creo que te gusta Liam, siempre quieres que nos lleve.

—Es un varón, ew. Lo digo solo porque tiene auto.

—Tu papá es un varón, te gustan los varones... ¡Tus ídolos son varones!

—Louis Tomlinson el único varón con derechos. —Rió—. Bueno, voy.

—Okey... Por si acaso, estará Félix.

—Uh, el amigo de tu Sugar. Bueno, déjalo en el garaje. No me interesa conocerlo.

—Lina...

—¡Adiós! —Y cortó la llamada. Anderson rió por el comportamiento de Jones. Ambas eran mejores amigas hace unos años y aunque Lina aveces parecía odiar de verdad a cualquier hombre se daba el tiempo de conocerlo.

Subió las escaleras y entró al salón, ahora le tocaba literatura, una materia que adoraba y era una de sus favoritas con su carrera.

C. TaeDiane ha comenzado
un fic increíble de MinHo.
Si desean leerlo está en
su perfil disponible, de verdad
no se arrepentirán.
Espero les haya gustado el cap💖

Sugar Daddy » Bang ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora