Bang Chan tenía el pensamiento de ser una carga para sus amigos, de dar pena. Motivo que lo llevó a una página y pagarle a cualquier persona que se diera el tiempo de leer sus problemas y ahogos.
Layla necesitaba dinero para costear los tratamientos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El transcurso del desayuno fue lo opuesto a tranquilo y silencioso, Cooper y Chan estuvieron hablando todo el momento, se inventaban historia tras historia, que la cuchara era la espada, la toalla la capa, mamá la reina y así... Yo los escuchaba para al menos saber que tanta imaginación tenían, mamá hacía lo mismo y cada cuanto miraba su celular.
Desde que le habían diagnosticado el cáncer a mi madre los desayunos, almuerzos y cenas no volvieron a ser como antes, yo prefería que ella se quedara en su habitación y comiese allá para no hacer fuerzas, Cooper solía comer conmigo pero solo cuando no tenía el tiempo en contra. Los fines de semana solía haber mas convivencia familiar o algún día dentro de la semana por suerte pero aún así no se escuchaban risas, siempre estábamos preguntando como estaba mamá y como iban nuestros estudios.
Hace mucho no estaba esa vibra tan positiva durante la comida como estaba ahora y era por la presencia de Christopher, de alguna manera había llegado a despejar un poco el ambiente y mentalmente lo agradecía, Cooper podría despejarse y no pensar tanto en la enfermedad de mi madre, mamá disfrutaría de eso y ya no pensaría que su condición nos impide vivir tranquilamente y yo en simples pero poderosas palabras sería feliz con todo esto.
Desde que inició su cáncer algunas cosas habían cambiado y por eso el ambiente no era divertido como antes pero era por el cáncer de mamá, quizá no estábamos los tres en la mesa siempre pero todo eso volvería a la normalidad cuando el tratamiento de mi madre terminase. Todo volvería a ser alegre.
Chris hizo que recordaramos como era hace un tiempo y yo -y estaba segura que los demás- se lo agradecíamos.
Casi terminando de comer intercambié unos mensajes con Félix y Lina, no había tenido tiempo de hacer ni decir nada, la sorpresa fue tan repentina que hasta ahora no lo había podido asimilar bien.
ㅡVoy a jugar. ㅡAvisó el menor de todos después de lavar lo que el mismo había usado, en la casa de mi madre teníamos esa costumbre o al menos la mayoría del tiempo cada uno lavaba lo que usaba, más de una vez se rompió esa regla pero se mantenía.
Mi madre; Grace, después de agradecer y sonreírnos a ambos subió al segundo piso a muy probablemente descansar.
ㅡTienes una familia agradable. ㅡComentó Christopher.
ㅡSe puede decir que sí, y ahora la convivencia es más tranquila pero antes créeme que éramos como un circo. Tal vez es mejor que hayas conocido esta versión. ㅡReí mientras por mi mente pasaban escenas antiguas pero que sabía que podían llegar a repetirse.
ㅡ¿Tu hermano tiene nueve, verdad?
ㅡMmh. ㅡAsentí mientras nos dirigíamos a su habitación temporalㅡ. No tiene mucha diferencia con tu hermano.
ㅡSe llevarían bien, quizá. ㅡOpinóㅡ. Almorzamos y vamos, ¿Cierto?
ㅡSí, aunque debemos pasar a comprar verduras y algunas cosas para la casa. Ya estamos casi a fin de mes.
