Bang Chan tenía el pensamiento de ser una carga para sus amigos, de dar pena. Motivo que lo llevó a una página y pagarle a cualquier persona que se diera el tiempo de leer sus problemas y ahogos.
Layla necesitaba dinero para costear los tratamientos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Me iré de aquí mañana en la noche así que llegaré a Darwin el lunes como a las... Una de la tarde, supongo. —Contó Félix a su amigo quién lo escuchaba atento, pero una parte de él no estaba prestando completa atención al pecoso, seguía pensando en Layla y lo que había ocurrido hace casi veinte minutos, desde ahí no se aparecía por la videollamada y estaba creyendo seriamente que la había incomodado, lo peor es que ni siquiera había sido con intención contestar la llamada y mostrarse sin camisa, juraba que quién estaría llamando era Félix y no ella.
—Intentaré llegar al terminal de buses a tiempo.
—Sí, no te preocupes mucho por eso.
—Mmh, ¿Puedes ayudarme en algo?
—Siempre listo y dispuesto. —Rió y Chris hizo lo mismo. Se sentía nervioso por lo que iba a decir a continuación.
—Podrías... No lo sé, preguntarle a Layla como se siente conmigo, siendo novios, bueno, novios de juego, a cierto tiempo, de prueba lo que sea. Siento que si se lo pregunto yo dirá cosas buenas para no herirme.
—Y yo soy tu mejor amigo... Dudo que quiera hablar cosas malas de ti conmigo, bueno, dudo que lo haga en sí pero si tuviese que hacerlo yo sería su última opción.
—Buen punto pero quiero saber al menos si... Si esto le incómoda o sospecha algo.
—¿Qué sospeche que te gusta?
—Ajá.
—No lo sé pero lo haré de todos modos aunque ya te dije antes, ella dijo que no tendría problema si la besaras.
Christopher bajó su cabeza con una pequeña sonrisa y un sonrojo naciendo. Mentiría si dijera que no le gustaría hacerlo pero en sus posibilidades actualmente no podía hacer eso.
—¿Y qué quieres que haga? ¿Debería besar la pantalla de mi computador? —Rió y Félix igual. Ambos sabían que de todas maneras a Chan le causaría vergüenza hacer algo así.
—Puedes enamorarla más cómo alejarla por ser un raro.
—Enamorarla más... —Susurró con su comisura izquierda elevándose un poco—. Suena como si de verdad tuviese sentimientos por mí.
—Tampoco puedes afirmar que no los tenga.
—Supongo. —Se encogió de hombros—. Algo haré para no sé ¿Conquistarla? Suena a mí yo de doce años.
—Mientras tu plan de conquista no involucre llamarla antes de las seis de la mañana...
—¿En serio te dijo eso? —Cuestionó entre abriendo su boca, estaba sorprendido.
—Sí, aunque no le molestó. Solo hubiese preferido que hubiese sido un día donde no tuviese Universidad.
—Mmh... ¿Qué debería hacer? No soy un rey coqueteando y no se me ocurre nada. Aparte de llamarla, videollamadas, ser atento con ella...
