Cap 22. Félix repostero

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Félix

Sentí la luz golpear mis párpados mientras me intentaba tapar la cara con la sábana, la cuál fue arrancada de inmediato apenas rozó mi rostro.

—¿Qué mie...? ¿Chris? —pregunté algo confundido al verlo y luego recordé que por la hora ambos preferimos que se quedara a dormir aquí—. ¿Qué hora es?

—Casi las 12 de la tarde. —dijo en un tono de reprochamiento pero más sorpresa, como si ni él se lo creyera.

—Mamá me va a matar. —dije nada más pensando en el sermón que se aproximaba cuando Chris se fuera.

—Le he dicho que estabas cansado y que por eso no habías despertado. —hizo un puchero.

—Reza para que te crea. —reí.

[...]

—¿Entonces JiSung vendrá? —pregunté con una sonrisa. Por suerte mi mamá no se había enfadado por dormir casi toda la mañana, dijo que entendía nuestro cansancio por la universidad y la verdad es que igual era agotador.

—Aún no sé cuándo pero ha sido explícito en decir que viajará. O al menos eso decía.

—¿Qué decía exactamente?

—"Hey, iré a Australia podríamos vernos" literal.

—Y yo qué consideraba que JiSung era un parlanchín. —reí, no había visto mucho a los amigos de Chris, solo los conocía por videollamada y una vez que SeungMin vino a estudiar inglés convivimos más pero eso había sido hace tres años o más cuando ambos estábamos saliendo del último grado de secundaria. Aparte de SeungMin a quién más conocía era a JiSung y ChangBin, con quiénes Chris pasaba más tiempo cuando estaba en Corea, incluso lo ayudaban a componer y producir sus canciones.

—Lo es. —rió—. Creo que no tiene claro cuándo será.

—Posiblemente. —llevé unas papas fritas a mi boca mientras pensaba que hablar—. ¿Hace cuánto se conocen con Layla?

—Mmh no lo sé, no hace mucho.

—¿Es menor que tú?

—Sí. —suspiró—. Aunque no lo parece... De todas maneras no es mucha la diferencia de edad.

—¿Y eso debería importar por qué...? —lo molesté mientras le hacía cosquillas en las costillas y él comenzaba a reír.

—Cállate.

—¿En serio no te importa nada de nada? —seguí molestándolo, la idea era que al menos me dijera que creía que Layla era linda, obviamente no le gustaba o su actitud sería distinta.

—Es solo mi amiga. —metió una de sus papas a mi boca manchando mis labios—. ¿Qué tal Byeol?

—Bien, quiero ir a verla antes de irme a Perth.

—Deberías hacerlo ya, mañana es lunes y martes estarás muy complicado con el tiempo.

—Lo sé, es sólo qué... No quiero ahogarla, si la voy a ver mucho quizá puede pensar que quiero intentar algo con ella y estoy seguro que lo que menos quiere es una pareja... Al menos en estos momentos.

—Es verdad. —concordó—. Por lo mismo deberías dejarle en claro que tu finalidad es ayudarla y que no la ves de ninguna otra manera no amistosa... Porque solo la ves como amiga ¿Cierto?

Hace mucho no había pensado detenidamente sobre esto, Byeol había sido amorosamente alguien muy importante para mí y siempre lo iba a reconocer pero no sabía si actualmente podría volver a verla de esa manera, sentía un cariño enorme hacia ella pero como algo más comprometedor tipo amor o relación de pareja lo dudaba.

—Sí. —asentí—. La quiero mucho pero no sé si podría volver a gustarme.

[...]

—Cuando vuelvas exijo que me cocines algo. —contestó Byeol con una sonrisa. Eran las ocho de la noche y por suerte era mi vecina o sino llegaría demasiado tarde a mi casa. Con Christopher nos habíamos separado hace tres horas mínimo, él se dirigió a su casa y yo a la mía.

—Lo haré, posiblemente tome más horas en repostería.

—Félix repostero... No suena mal. —dijo mientras pasaba su mano por su mentón, reí—. ¿Como ganaste ese curso?

—Tuve que cocinar algo y gente especializada lo evaluaba, me imagino que chefs. —fruncí el ceño porque nunca me enteré quién había probado mi comida ni mucho menos sabía a quién le había gustado para que la aprobara—. Y pasé. La verdad no creí que lo haría, eran muchas personas.

—Si lograste eso es por algo, ¿No crees, Lixie? Debes tener talento. —me sonrió y por un momento sentí mi corazón latir más rápido. No quería emocionarme ni nada semejante, no quería volver a tener un sentimiento amoroso por Byeol porque ella aún estaba sanando y aunque yo jamás sería capaz de hacerle daño creía que podía ayudarla a sanar más como un amigo qué como un novio.

—Supongo. Volveré después de dos semanas... O quizá me quede unos dos o tres días más pero no más que eso.

—¿Te vas el martes?

—Sí, en la noche.

—Entonces podré despedirme después de la Universidad.

Reí y tomé mi celular, ya era hora de irme a mi casa.

—Seguro que sí, Byeol.

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Mil gracias💞

Sugar Daddy » Bang ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora