Cap 48. Atención

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Omnisciente

El domingo llegó y no precisamente un día de descanso, al menos para Layla.
Un exámen debía rendir el lunes, más la primera quimioterapia de su madre y la entrega del trabajo de historia el jueves.
Y su trabajo, aunque no la estresaba tanto seguía siendo tiempo que ocupaba su mente en problemas o situaciones serias.

Félix había estado el día en su habitación, comía y luego volvía, no quería molestar a Layla ya que sabía y podía darse cuenta del nivel de estrés que estaba experimentando.

—No entiendo qué mierda es la lectura de manos, no puedo leer manos maldición. —Habló para sí misma—. Que difícil es estudiar psicología, debí elegir asistente social.

—Oye, vamos a cenar. —Interrumpió su hermano en su habitación.

—¿A cenar? —Preguntó, estaba segura que aún era temprano.

—Son casi las ocho de noche. —Contestó y salió. Layla tomó su celular y pudo darse cuenta de la hora, al menos cenar la haría distraer su mente unos treinta minutos.

Dejó sus cosas de lado, seguiría estudiando después, quizá hablaría con Félix para despejarse un rato y luego continuaría con sus responsabilidades.

—¿Estás cocinando tú? —Preguntó la chica al ver a Félix en la cocina.

—Sí. —Sonrió—. Tu mamá me dijo que le gustaría probar algún platillo coreano y pensé en alguno que pudiese hacer con las cosas que estaban aquí.

—¿Y cómo se llama?

—Gomguk, o también lo conocen por gomtang.

Layla se acercó a los platos y frunció el ceño cuando vio toda la combinación de alimentos que no lograba diferenciar.

—¿De qué es?

—Son dos sopas, están hechas con huesos de res hervidos o también sirve con los cartílagos. Esta comida se originó como platillos de campesinos, en las que todas las partes de la res se utilizan, incluyendo la cola, los huesos de las patas y las costillas, aunque con carne es más rico. Se hierven en agua para eliminar la grasa, médula y lo gelatinoso, y de ahí sale la sopa. Algunas versiones también utilizan la cabeza y los intestinos de la res.

Layla asintió no muy convencida por la comida y su ahora amigo; Félix, rió

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Layla asintió no muy convencida por la comida y su ahora amigo; Félix, rió.

—Cuando la pruebes no pondrás esa cara.

—Eso espero.

Bang Chan por otro lado intentaba parar su llanto y limpiar sus lágrimas, necesitaba calmarse y es que con pena, rabia y otras emociones no podía concentrarse en lo que estaba haciendo.

—Okey, una vez más. —Dijo con un hilo de voz. Pasó la palma por su mejilla mojada y volvió a reproducir la canción que estaba componiendo, a los quince segundos ya la había parado nuevamente—. Mierda, no me gusta.

Tenía un proyecto en su Universidad, más bien simplemente estaba adelantando algo que debería presentar debido a su carrera en unos meses más. Pero no le gustaba, le letra la encontraba vacía, el ritmo lo aburría, su voz, había algo que simplemente no le gustaba de eso, en resumen, no le gustaba nada de la canción que estaba produciendo.

—No sirvo para esto. —Sus lágrimas comenzaron a volver a salir y en mayor cantidad. Sentía su pecho pesado y dificultad al respirar, sus lágrimas caían sobre la hoja borrando las letras escritas pero a Christopher no le importaba, de todas maneras no le gustaba su canción, no le gustaba nada de lo que hacía. Estaba comenzando a aceptar ciertas cosas de él y empezando a ser positivo consigo mismo ¿Por qué ahora caía?—. No hago nada bien.

Con suspiros ahogados tomó su celular y marcó el número de Layla. No quería hacerlo pero se sentía ahogado, solo necesitaba que lo escuchara, nada más.

De alguna manera su autoconsuelo era saber que le pagaba.

Un tono, dos tonos... Nada, tres, cuatro. No contestó.

Las lágrimas de Bang seguían cayendo, quizá no había escuchado su celular y si intentaba una segunda vez podría contestar.

—Layla por favor... —Susurró, entre sus lágrimas y pena—. No me abandones ahora.

[...]

Layla subió a su habitación con una sonrisa, al menos había estado casi una hora sin estudiar y se encontraba más relajada. Tomó su celular y vió seis llamadas de Christopher, ¿Por qué la llamaría tanto?

Chris (Daddy?)

Vi tus llamadas.

¿Necesitas algo?

Ahora estoy ocupada pero
después puedo ayudarte.

La chica guardó su celular dispuesta a seguir estudiando, sin pensar que seis llamadas podían significar algo grave y urgente.

El chico por otro lado tomó su celular apenas vibró, estaba encerrado en su habitación, sus ojos hinchados, nariz roja y sus mejillas mojadas por culpa de las lágrimas. La imagen era desastroza pero era resultado de una de sus crisis, una de sus tantas crisis que en muchas ocasiones tuvo donde no quería recurrir a nadie, y cuando quiso contar con alguien esa persona no estaba.

—Ya no importa. —Contestó a los mensajes de Layla en voz alta, pero no respondió en el celular—. No sé por qué pensé que sería distinto contigo... Sigo siendo una carga para todos.

Chan dejó su celular a un lado siendo consciente que no había respondido ninguno de los mensajes y que aparecería que él leyó los mensajes.

Apoyó su cabeza en la almohada, sus lágrimas saliendo de manera lenta pero dolorosa.

Ya ni me quedan lágrimas, pensó Bang.

—¿Por qué cuándo creo que las cosas comienzan a mejorar hay algo que sale mal y me hace volver atrás?

Quería responderle a Layla, decirle que no importaba y si podían hablar ahora pero no quería molestar, estaba ocupada y aunque a él si le importaba no quería interrumpirla y convertirse en un problema para ella. Aburrirla.

Pasó sus manos por su cara frustrado, ¿Qué debía hacer? ¿Seguir llorando y guardarse sus problemas como lo estaba haciendo últimamente? ¿Acostumbrarse al dolor cómo hacía hace unos años desde que sentía ser una carga para todos? ¿Qué específicamente?

C. Capítulo doloroso:(
Encima, creo que define
la realidad de mucha gente.
Gracias por los +24k

Sugar Daddy » Bang ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora