Cap 53. Atracción

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—Buenos días, Layla. —Habló Bang a través de su celular.

—Maldición... —Susurró la chica mientras intentaba abrir un ojo—. ¿Qué hora es?

—En Darwin siete con cuarenta.

—Y en Perth las cinco de la mañana, bobo. —Rió intentando acostumbrarse al brillo que tenía su celular, todo estaba oscuro—. Cuando dije que me llamaras en la mañana pensaba en las nueve, diez... Incluso once, no casi las seis, en la madrugada.

—Espero que se note que quiero que vengas a Darwin, dijiste que debía llamarte todos los días para que vengas.

—Tonto, igual iré, solo debes tener paciencia hasta que esto mejore.

—Lo sé, ¿Hoy tienes doble turno?

—Mañana, miércoles.

—Entiendo, ¿Hoy qué harás?

—Estudiar, trabajar... Seguir con mi rutina, Chris. Mi vida es completamente monótona.

Mmh, ¿Qué día estarás menos ocupada?

—No lo sé. —Suspiró—. ¿Necesitas algo? ¿Hablar?

—No no, no es eso, quiero decir... Ningún ahogo. —Rió—. Solo quería ofrecerte hacer otra videollamada, pero si no puedes no impor...

—Nada de eso. —Lo interrumpió—. Debo organizarme, no quiero que sea muy tarde allá y trasnoches, pero sí puedo.

—Tampoco sería la primera vez.

—¡Ya! Debes dormir, Chris.

—Con las dos horas que dormí hoy estoy bien.

—Dios... ¿Entonces ya estabas despierto?

—Sí, estaba aburrido y decidí llamarte temprano.

—Bastante temprano. —Rieron—. ¿A qué hora comienzan tus clases?

—Creo que ocho con treinta, algo así.

—Que responsable.

—Sigo aprobando.

—Me encantaría tener tu seguridad en eso.

—Increíblemente la desarrollé y no parece que la abandone pronto.

—Al menos tienes seguridad en algo, supongo que es algo bueno.

—Eso creo... Bueno, deberías dormir un poco más, no quiero que te desveles por mi culpa.

—Sí... Pero podemos hablar en unas horas, yo te llamo.

—Está bien, entonces... Descansa.

—Y tú ve a estudiar.

—JAJA lo haré, gracias.

Christopher cortó la llamada. No faltaba mucho para las ocho de la mañana pero de igual manera no se sentía bajo presión por llegar temprano a la universidad, era de esos pocos días donde se sentía feliz sin motivo alguno, solo se sentía así y ya, aunque en el fondo sabía que era por haber comenzado el día hablando con Layla.

Layla Anderson por otro lado dejó su celular en la pequeña mesa que tenía al lado de su cama. Era bastante temprano para recibir llamadas a esta hora todos los días pero si se trataba de Chan no le molestaba, podía fácilmente acostumbrarse a eso y no parecía un mal plan comenzar el día con su voz de todas maneras.

Sugar Daddy » Bang ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora