Capitulo 52

1.4K 93 30
                                        

Desafortunadamente, el día tan temido para mí ha llegado.

No fui capaz de conciliar el sueño durante toda la noche, y no precisamente por mi bebé.

De hecho ella, como ya tiene 2 meses de vida, ya se despierta un poco menos por las noches. Por lo cual Peeta y yo podemos descansar un poco más que en las primeras semanas de vida de nuestra hija.

Abro los ojos y veo que Peeta también se encuentra despierto. Él mira con atención el techo y permanece completamente ensimismado en sus pensamientos.

Me acerco a él y deslizo mi brazo por su abdomen para abrazarlo. Acomodo mi cabeza en su pecho y siento que él deja un beso en mi cabeza.

—Aún es bastante temprano para que estés despierta —escucho que dice, con voz ronca.

Suelto un suspiro, y acaricio su abdomen por encima de su camiseta.

—No he podido dormir —confieso.

—Yo tampoco —admite—. Por estar pensando en demasiadas cosas.

Nos quedamos en silencio, mientras él me abraza.

No tengo la intención de levantarme, sin embargo, me veo obligada a hacerlo cuando escucho los sonidos agudos que hace mi bebé desde la cuna.

Me acerco al mueble de madera y saco a mi hija.

—¿Por qué no me extraña verte despierta a esta hora? —le digo, mientras ella me mira con sus ojos azules.

Dejo un beso en su mejilla, y la recuesto con cuidado sobre el pecho de su padre. Él le sonríe y acaricia su pequeña espalda.

—Buenos días Willow —besa su cabecita—. ¿Cómo amaneció mi pequeña?

Veo que mi hija sonríe, y mueve sus piernas mientras hace algunos sonidos que me parecen de lo más adorable.

—¿Sabes? Podría esconderte en una maleta y llevarte conmigo —susurra Peeta, y le sonríe—. Porque no creo poder soportar estar tanto tiempo sin ti, mi bebé.

Peeta acaricia con su pulgar el puño de nuestra hija. Veo que ella mira con atención la mano de su padre, y después rodea su dedo con su pequeña mano.

Mientras los miro, me atormenta el terrible pensamiento que inevitablemente aparece en mi mente todos los días. Que esta puede ser la última escena que pueda ver de Peeta con Willow.

Los sigo mirando, sin intención de dejar de hacerlo. Me cuesta creer que él va a irse dentro de algunas horas.

Todavía no puedo aceptar la idea de que él va a irse por tiempo indefinido. Detesto saber que pueden ser semanas o incluso meses. Me temo que en realidad va a ser lo último.

Lo que empeora la situación, es que hace unos días, Hazalle me comentó que Gale le ha dicho que falta mucho para que él o sus hermanos regresen al 13. Lo cual me dió a entender que Peeta va tardar en regresar mucho más tiempo de lo que creí.

Odio saber que ni siquiera tengo el día completo para estar con Peeta, porque él se va temprano.

Escucho que él le habla a nuestra bebé, y ella se queda quieta sobre su pecho. Willow escucha con atención a su padre, como si entendiera lo que él le está diciendo.

Siento un poco de alivio al ver que son las 4:30 de la mañana, eso significa que todavía quedan algunas horas para estar con Peeta.

Nos quedamos acostados. Permanezco en silencio mientras observo cómo Peeta hace sonreír a nuestra hija.

Me obligo a mantenerme tranquila y a intentar ocultar mis emociones, porque lo que menos necesita Peeta es ver que me derrumbe a poco tiempo de que se vaya.

Nuestro Secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora