Capitulo 19

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Cuando llego a la parte trasera de la panadería, toco la puerta y espero a que alguien me abra.

En pocos segundos se abre un poco y se asoma el hermano mayor de Peeta, que recuerdo que se llama Matt.

Él parece reconocerme, porque me mira con detenimiento por unos segundos.

—Peeta no está —responde con seriedad mientras se sacude las manos que están llenas de harina.

—No vengo a verlo —le aseguro—. Traje los quesos de cabra que le encargó tu padre a mi hermana.

Él asiente con la cabeza y abre la puerta por completo.

Saco de mi bolsa de caza los quesos que están en una bolsa de plástico trasparente, y se la entrego.

Él la toma y regresa al interior de la panadería.

Después de unos cuantos segundos, él vuelve a salir y me entrega una bolsa de papel que está llena de pan.

—Gracias —le respondo.

Él sólo asiente con la cabeza y regresa al interior de la panadería.

Guardo rápidamente la bolsa de papel en mi bolsa de caza, con la intención de procurar que el pan se conserve caliente el mayor tiempo posible. Para que cuando llegue a casa, mi familia y yo podamos disfrutar del delicioso sabor del pan estando recién hecho y caliente.

Me alejo de la panadería y camino en dirección a la Veta.

No puedo evitar inquietarme por haber escuchado a Matt decir que Peeta no se encuentra en la panadería. Se supone que ese es el motivo por el que no podíamos vernos hoy y lo pospusimos hasta mañana, porque Peeta me dijo que estaba demasiado ocupado con un pedido bastante grande que le encargaron a su familia.

Mientras camino por la zona de comerciantes, busco a Peeta con la mirada por si él se encuentra cerca, pero no lo veo. Sólo veo a otras personas que caminan por las calles y a los agentes de la paz que recorren la ciudad mientras sostienen firmemente un arma de fuego contra su pecho.

Sigo caminando por las ciudad, pero me detengo al ubicar a Peeta a unos metros de mí.

Veo que él sale por la parte trasera de un establecimiento.

Mi primer impulso es ir a dónde está él, pero me quedo quieta al identificar que el negocio del que está saliendo es el de los modistas de la ciudad, y que además alguien está con él.

Sospecho quien es la persona que está Peeta. Por lo que sin pensarlo, me acerco para poder verlo mejor.

Al estar un poco más cerca, me quedo quieta al visualizar una larga melena rubia y la figura delgada de una mujer.

Avanzo un poco más y veo cómo él platica con ella, pareciera cómo si no se percataran de lo que hay a su alrededor. Ellos son completamente ajenos a mi presencia y a la de las personas que pasan por la calle.

Comienzo a desconfiar del motivo por el que Peeta se encuentra ahí, cuando reconozco a la chica y verifico que es Amber.

Aquella sensación tan desagradable y molesta que reconozco a la perfección, se hace presente cuando me percato de la cercanía que hay entre ellos dos.

Ellos están demasiado cerca, sólo hay unos cuantos centímetros entre ellos mientras parecen estar susurrando.

Amber se encuentra cruzada de brazos mientras lo mira con atención.

Después de unos segundos, ambos se callan y se produce un silencio entre ellos.

Ninguno de ellos dice algo, pero Peeta se le queda viendo con detenimiento.

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