Capitulo 48

1.5K 113 27
                                    

Respiro profundamente un par de veces, intentando no dejarme llevar por la desesperación.

Hago el intento de mantenerme calmada mientras escucho el insistente llanto de mi bebé, pero mi fuerza de voluntad se debilita cada vez más.

No sé cuanto tiempo lleva llorando, pero he intentando de todo para calmarla y nada ha funcionando.

Intenté mecerla, darle de comer, arrullarla e incluso cantarle, pero nada resulta. Willow no deja de llorar y pareciera que no va a detenerse pronto.

Esto es un desastre total, y me siento completamente desesperada. No tengo idea de lo que debo hacer.

Ser madre es demasiado difícil, cuidar de mi hija sin ayuda de nadie realmente lo es.

Estoy completamente exhausta, mi cuerpo aún me duele por el llanto de mi hija y lo único que necesito es descansar. No he podido hacerlo porque tengo que cuidar de Willow, y no hay nadie que pueda ayudarme ahora.

Ha pasado una semana desde que nació mi hija, y por lo tanto, se ha acabado el permiso de mi madre para venir a ayudarme.

Este es mi primer día cuidando sola a Willow, y siento que me estoy volviendo loca.

Desde que Willow llegó al compartimento, he percibido como si los días y las noches no tuvieran un inicio o un final.

Adaptarme a esta nueva etapa en mi vida me está resultando difícil. He tenido que adaptarme a dormir poco por mi bebé, y es ahora cuando me doy cuenta de que en realidad no tenía idea de lo complejo que resulta cuidar a un recién nacido.

Lo que más me tiene alterada es saber que mi bebé depende completamente de mí, y que no va a dejar de llorar hasta que haga algo por calmar lo que sea que la está molestando.

Ya no sé qué hacer para tranquilizarla, definitivamente no estaba preparada para esto. No tenía ni idea a lo que me iba enfrentar al tener un bebé.

Ahora es cuando me doy cuenta de que estaba equivocada al creer que estaba lista para cuidar a mi hija por el sólo hecho de haber tomado clases de maternidad aquí en el 13.

Continúo meciendo a mi bebé, sin que ella deje de llorar.

—¿Qué ocurre Willow? —pregunto, al borde de gritar de desesperación—. No quieres comer y tu pañal está limpio. ¿Qué es lo que pasa?

Su llanto no cesa, incluso incrementa más.

Me exaspera ver que nada la calma y que no importa lo que haga, ella sigue llorando.

La dejo en su cuna y me siento en la cama para intentar tranquilizarme y pensar en una solución. Sin embargo, al escuchar que ella llora más fuerte, la desesperación y frustración incrementan en mi interior, y me impiden pensar con claridad.

Ella apenas es un bebé y ni siquiera sé cómo cuidarla bien.

No sé cómo podré seguir haciendo esto.

Sacudo la cabeza e intento alejar esos pensamientos. Respiro un par de veces para tranquilizarme y me levanto de la cama.

Cuidé a mi hermana con tan sólo 11 años y me encargué de alimentarla a ella y a mi madre a pesar del dolor por la pérdida de mi padre. Pude enfrentarme a ir al bosque sola y al quemador para salvarnos de morir de hambre siendo solamente una niña. Por su puesto que puedo con una pequeña bebé que no deja de llorar.

Saco a mi hija de la cuna y la acomodo en mis brazos mientras la miro.

Su pequeño rostro se encuentra enrojecido, mientras su llanto resuena por todo el lugar.

Nuestro Secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora