Capitulo 47

1.8K 104 35
                                    

Abro los ojos al escuchar nuevamente el llanto de mi bebé.

No checo la hora, pero sé que es de madrugada.

Me levanto despacio y me acerco a la cuna de madera que nos proporcionó el distrito, la cual está a escasos pasos de distancia de la cama.

El compartimento se encuentra casi a oscuras. Solamente es iluminado ligeramente por la luz tenue de las lámparas que hay en las paredes, las cuales se encienden automáticamente cuando es de noche.

Me pesan los párpados por el sueño y me cuesta trabajo mantener los ojos abiertos. Por lo que me acerco a la cuna dejándome guiar solamente por el sonido de mi bebé.

Cuando mis dedos chocan con el mueble de madera, bajo la mirada y veo a mi hija. Quien llora con desesperación mientras se encuentra acostada.

No entiendo cómo es que alguien tan pequeño como ella puede llorar tan fuerte. Podría jurar que su llanto resuena por todo el compartimento.

La cargo con cuidado y me siento sobre el colchón mientras intento tranquilizarla.

No sé cuantas veces he tenido que levantarme para alimentarla, pero percibo que he dormido muy poco.

Esta noche ha sido muy difícil, tengo mucho sueño y me siento agotada.

Hoy en la mañana, los doctores se aseguraron de que mi hija y yo nos encontráramos bien y nos dejaron salir del hospital.

Después de haber pasado un día entero en el hospital, por fin pude regresar al compartimento con mi hija.

Peeta no me ha dejado sola desde que nació nuestra bebé. Excepto anoche, cuando tuvo que irse por insistencia de mi mi madre, a pesar de que él no estaba de acuerdo en hacerlo. Ella le dijo que el hospital solamente tiene permitido que una persona se quede a pasar la noche con su paciente hospitalizado, y le hizo saber que sería mejor que Prim se quedara conmigo para ayudarme en lo que pudiera necesitar.

Mi hermana se quedó conmigo toda la noche, y a pesar de que intenté convencerla de que durmiera en la cama de hospital conmigo, ella durmió en el pequeño sillón de la habitación. El cual no parecía demasiado cómodo.

Ella me ayudó a cuidar de Willow. Prim sólo me despertaba para que alimentara a mi bebé, pero en realidad mi hermana fue quien se ocupó de atenderla la mayor parte del tiempo.

Realmente estoy agradecida con mi madre y con Prim por habernos ayudado a Peeta y a mí con nuestra hija. Ellas nos enseñaron cómo cambiarle el pañal, y a mí me dieron varios consejos para que mi bebé pueda alimentarse correctamente.

Nunca había pensado en lo complicado que resulta darle de comer a un bebé, pero ayer descubrí lo difícil que es hacerlo por primera vez. Por fortuna, después de muchos intentos fallidos, logré alimentar a mi hija y aprendí cómo debo hacerlo. Y al parecer Peeta aprendió bastante bien a cómo cambiar los pañales, porque ayer me dijo que él es quien va a encargarse de cambiar a nuestra bebé.

Casi no pude estar con mi hija cuando llegué al compartimento, porque en poco tiempo llegaron los padres de Peeta. Y horas después llegaron sus hermanos, pero ellos se quedaron pocos minutos.

Mi bebé pasó bastante tiempo siendo cargada por los padres de Peeta, quienes al parecer no les importó incumplir con su horario para poder estar con su nieta. Ellos prácticamente me la entregaban solamente para que le diera de comer.

Cuando ellos se fueron, creí que por fin podía estar en calma, pero Hazalle y Posy llegaron y también se quedaron un buen rato cargando a mi hija mientras platicaban animadamente con mi madre y Prim.

Nuestro Secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora