La vida en el 13 sí que es completamente diferente a la que tenía en mi distrito.
Para empezar, estamos obligados a permanecer bajo tierra todo el tiempo. Además, son muy exigentes en este lugar y debemos seguir horarios demasiado estrictos.
Llevo viviendo en este lugar casi dos meses, y ya me he acostumbrado a la aburrida y monótona rutina donde los adultos debemos ir a trabajar y los niños van a la escuela. Prácticamente ya no somos solamente refugiados, porque todos los del Distrito 12 hemos recibido automáticamente la ciudadanía.
Debo admitir que me está costando demasiado trabajo adaptarme a vivir aquí, echo de menos mi distrito. En este lugar me siento extraña y sinceramente no creo poder llegar a considerarlo como un hogar.
El día que llegamos nos dijeron que la gente se escondió bajo tierra cuando destruyeron la superficie. Ellos consiguieron sobrevivir de esa manera por todos estos años. Recuerdo que aquí sólo había minas de grafito, pero al parecer su principal industria era el desarrollo nuclear.
Ahora los ciudadanos viven bajo tierra casi todo el tiempo. Supuestamente nos dejan salir a hacer ejercicio y tomar el sol a unas horas muy concretas en el horario que nos establecen. Sin embargo, en todo el tiempo que he estado aquí nunca he tenido la posibilidad de salir. No entiendo la razón por la que todavía no me asignan una hora para poder salir a la superficie, realmente me gustaría dejar de estar bajo tierra por un momento.
Sé que está prohibido saltarse el horario y se supone que debo cumplir el programa, pero casi siempre hago caso omiso de las actividades que tengo que realizar, salvo para ir a comer.
Todos los días me limito a volver al compartimento, a vagar por el 13 o estar en cualquier escondrijo como el ducto de ventilación abandonado, detrás de las tuberías del agua de la lavandería o mi preferido que es el armario en el Centro Educativo. Ese definitivamente es el mejor, porque al parecer nunca necesitan reponer material para las clases. Sin embargo, ya no he ido a ese lugar debido al tamaño de mi vientre, el cual me imposibilita acomodarme en ese sitio.
No sé cuanto tiempo podré seguir ignorando la precisión horaria exigida por las autoridades, pero con un embarazo tan avanzado como el mío, me canso demasiado rápido y sinceramente no me apetece limpiar la cocina, que es casi siempre lo que marca mi horario.
Sé que mi renuencia por seguir el horario no durará para siempre, porque algún día seguramente alguien va a atraparme, pero disfrutaré de saltarme el horario hasta que alguien me llame la atención o algo parecido.
Este distrito nos recibió con alojamientos limpios y blancos de sobra para todos. Mucha ropa y tres comidas al día. Los alojamientos tienen la desventaja de estar bajo tierra, la ropa es idéntica y la comida relativamente insípida, pero para los refugiados del 12 son detalles menores.
Estamos a salvo, cuidan de nosotros, seguimos vivos y nos han recibido con los brazos abiertos.
Aquel entusiasmo con el que nos recibieron se interpretó al principio como amabilidad, pero escuché por ahí que nos necesitan a todos debido a que hace tiempo aquí sufrieron una especie de epidemia de varicela que mató a bastantes y dejó estériles a muchos más. Y seguramente esos rumores son ciertos, porque aquí en el 13 no se ven muchos niños.
En los setenta y cinco años transcurridos desde los Días Oscuros, cuando se suponía que el 13 había quedado destruido en la guerra entre el Capitolio y los distritos, casi todas las nuevas construcciones se hicieron bajo tierra. La gente del 13 sabía la importancia que tenía su distrito, porque aquí era el centro del programa de desarrollo de armas nucleares del Capitolio.
Durante los Días Oscuros, los rebeldes del 13 lograron tomar el control del lugar, apuntaron con los misiles al Capitolio e hicieron un trato con ellos, se harían los muertos a cambio de que los dejaran en paz. El Capitolio tenía otro arsenal nuclear en el oeste, pero no podía atacar al 13 sin sufrir su venganza, así que se vió obligado a aceptar el trato.
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Nuestro Secreto
FanfictionKatniss y Peeta nunca fueron seleccionados para Los Juegos del Hambre. Es curioso cómo a veces una simple acción puede cambiar por completo la vida de alguien. Los papeles con sus nombres escritos jamás salieron de esa urna que condena cada año a lo...