Me asomo nuevamente para ver si Peeta ya se encuentra del otro lado de la alambrada, pero sólo visualizo a la apacible pradera donde ni siquiera la leve brisa de aire logra inquietar al pasto crecido.
Suelto un bufido y vuelvo a esconderme detrás del árbol.
¿Será que Peeta no vendrá?
¿Prim le habrá dado mal las indicaciones ayer que fue a la panadería?
Esas preguntas desaparecen de mi cabeza al escuchar unas sonoras pisadas que aplastan las hojas secas del pasto.
Salgo de mi escondite y me asomo, sonrío al ver que Peeta me busca con la mirada mientras avanza con cautela por el bosque.
Me apresuro a llegar hasta él y lo abrazo con fuerza, sin siquiera darle la oportunidad de que se dé cuenta de mi presencia.
Escucho su suave risa y siento cómo me rodea con sus brazos.
—Me asústate, Kat.
Alzo mi rostro para verlo y le sonrío.
—Creí que no ibas a venir —murmuro—. Llegué a pensar que Prim te había dado mal las instrucciones y que por eso no llegabas al bosque.
Su ceño se frunce al escucharme.
—Llegué a tiempo —asegura—. Tal vez tienes mal la hora, o quizá es que eres demasiado impaciente para esperar.
Alzo una ceja.
—No lo soy.
Me sonríe.
—Claro que sí, y lo sabes tan bien como yo.
Una leve risa se escapa de mis labios, me acerco a su rostro y lo beso.
Disfruto del placentero contacto de sus labios moviéndose lentamente sobre los míos, porque llevo muchos días sin verlo y me ha hecho mucha falta.
Me separo de su rostro cuando la falta de aire se hace presente.
—Te extrañé mucho —admito—. Han pasado muchos días desde la última vez que te vi.
—Igual, me has hecho mucha falta —acaricia mi mejilla—. Y no me ayuda el hecho de que no puedo dejar de pensarte.
Vuelvo a sonreírle y tomo su mano.
Peeta continúa sosteniendo mi mano mientras caminamos entre los árboles, hasta que llegamos al claro del bosque.
Estar en este lugar me recuerda demasiado a cuando apenas éramos amigos y veníamos a esta parte del bosque para platicar.
Me parece una locura pensar que hace más de un año Peeta y yo sólo éramos amigos, y ahora estamos comprometidos y en poco tiempo voy a convertirme en su mujer.
Ambos nos sentamos debajo de un árbol, Peeta no suelta mi mano.
—¿Qué te dijeron en el Edificio de Justicia? —pregunto, y recargo mi cabeza en el tronco del árbol—. ¿Por fin te dieron una fecha?
—Si, ayer finalmente me dieron una —sonríe levemente—. Me dijeron que este domingo debemos ir.
Abro los ojos con sorpresa al escucharlo.
—Vaya —respondo atónita—. Creí que con suerte alcanzaríamos fecha hasta la próxima semana.
Siento que su pulgar acaricia el dorso de mi mano.
—Yo igual, pero es la única fecha que me dieron. Además, está bien ese día porque la próxima semana se va a llevar a cabo la boda que planearon para Amber y para mí.
![](https://img.wattpad.com/cover/124625111-288-k755651.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Nuestro Secreto
FanficKatniss y Peeta nunca fueron seleccionados para Los Juegos del Hambre. Es curioso cómo a veces una simple acción puede cambiar por completo la vida de alguien. Los papeles con sus nombres escritos jamás salieron de esa urna que condena cada año a lo...