Capítulo 10

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No he visto a Gale desde la discusión que tuvimos, y dudo mucho que él quiera volver a verme.

Quisiera que él entendiera que jamás pretendí hacerle daño.

Él tendría que saber que no tuve elección en esto, que nunca quise traicionarlo, que sólo sucedió.

Gale hizo planes para nosotros dos, y yo sólo causé problemas.

Desearía que él no hubiera esperado demasiado de mí, pero siempre lo hizo. Y terminó decepcionado.

Ese fue su error.

Hoy quedé de verme con Peeta, es por eso que he venido a la ciudad. Necesito hablar con él.

Estoy dolida por lo de Gale, y realmente necesito a alguien con quien desahogarme. Supongo que seguimos siendo amigos después de todo.

El sol ya está cayendo, por lo que algunos puestos en la zona de comerciantes han comenzado a cerrar. Camino despacio, y llego a la bodega vieja.

Tomo la puerta grande de madera, y gracias a la práctica por haber venido tantas veces, la abro despacio y sin que emita algún chirrido.

Busco a Peeta con la mirada y avanzo con cautela.

Me detengo cuando escucho el sonido de voces proviene del fondo de la bodega.

Me acerco con cautela, y me detengo al ver a Peeta. Pero parece que está con alguien más.

Si creí que verlo besándola era absurdamente doloroso, esto me deja sin palabras.

Ella lo besa mientras le rodea el cuello con los brazos.

Peeta sólo se queda quieto mientras sus labios se mueven sobre los de ella.

—¿Por qué no me dices que sólo me amas a mí, Peeta? —dice ella, y le acaricia la mejilla—. Quiero escucharlo —se aparta un poco, y se quita el vestido. Queda solamente en ropa interior, y lo avienta al piso—. Quiero que me lo demuestres.

Ella vuelve a tomarle la cara entre las manos, y lo besa. Peeta no pasa sus manos por su cuerpo, pero tampoco se aparta. Es más, le corresponde.

Él no debería besarla como lo hace conmigo.

Él no debería desear que alguien más lo besara como yo lo hago.

Me siento tan dolida, traicionada... Pero también lo suficientemente furiosa como para destrozarlo todo.

Supongo que es una especie de castigo por lo que le hice a Gale.

He dañado a la única persona que ha estado conmigo sin importar lo que pudiera pasar. Le debía lealtad por todo lo que hemos pasado juntos, y le he pagado traicionándolo con alguien que evidentemente no dudaría en hacerlo.

Retrocedo, y salgo de la bodega sin molestarme en hacer ruido.

Con el corazón latiéndome desbocado contra el pecho, comienzo a correr. Y no me detengo a pesar del dolor en el pecho, o la dificultad para respirar. Sólo quiero huir, y dejar de sentir esto.

Odio a Peeta con todas mis fuerzas, pero también a mí por permitir que esto llegara más lejos. Por confiar en él y en sus palabras.

Llego a la Veta, y freno al no soportar más la falta de aire.

No importa cuánto corra, sé que no puedo librarme de esto.

Una parte de mí intenta encontrar una explicación del porqué ha sucedido lo que vi hace rato. Intento entender por qué él haría algo así sabiendo que yo iba a llegar. Pero no encuentro respuestas. Sólo que él es un mentiroso, y me engañó.

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