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El escuadrón conformado por las serpientes caminaba con pasos firmes al Gran Comedor, guiados por Cassiopeia. En el camino Luna se les unió, entrelazando su brazo con el de Cassie, aunque debió despedirse de ellos cuando llegaron al Comedor. Menos Vega, que decidió entrar con ella.
Habían terminado casi todos los exámenes, excepto Cassie, y ahora debía prepararse para la tercera prueba. Snape le había dicho que antes podía ver a su familia, aunque no había especificado exactamente a quiénes. Cassie suponía que se refería a Regulus y Vega, y con suerte Sirius en su estado de animago habría logrado colarse en el colegio.
No esperaba ver a los Vengadores ni mucho menos a Narcissa, por lo que se llevó una sorpresa al ver a Tony observando y hablando sin parar (probablemente criticando la falta de tecnología), a Natasha con una sonrisa burlona y una mano en el hombro de Regulus (juzgando por el rostro del mago, estaba evitando que hechice a Stark) y a Steve, negando con la cabeza en desaprobación.
Cassie sonrió y caminó hacia ellos. Al primero que abrazó fue a Tony, a quien no veía desde el verano que había sido adoptada, por lo que se colgó de sus hombros con fuerza. El hombre había sido atacado por un terrorista y ella no tuvo oportunidad de verlo, solo de hablar por teléfono. No era lo mismo que tenerlo enfrente.
Para Cassie, Tony no era sólo un tío multimillonario. Era mucho más que eso. Su personalidad divertida, risueña y bromista le recordaba mucho a lo que Sirius y Remus le habían contado de su padre. Era como tener una versión de James Potter con ella. Incluso su sonrisa traviesa le recordaba a la sonrisa de James, aquella que sólo había visto en los recuerdos provocados por los dementores.
Le gustaba saber que aquella parte de su personalidad solo salía cuando estaba con ella. Y hacían un gran equipo. Aquel verano en la Torre le habían jugado bromas a cualquier ser vivo. La primera víctima había sido Regulus, de ahí aquella enemistad.
—Feliz cumpleaños, solcito —susurró él. Cassie sonrió.
Cuando se separó de él, saltó a los brazos de Natasha y Steve, quienes la abrazaron con mucha emoción y cariño. Ambos habían extrañado a su hija con locura y habían estado todos los meses que llevaban sin verla aterrados con la idea de la chica abandonando los Vengadores por siempre, sobre todo Steve, quien no dejaba de repetir que todo era su culpa.
Cassie miró a Regulus cuando se separó de sus padres.
—¿Tú los trajiste?
—Sí, hay un hechizo para hacer entrar muggles... —comenzó a explicar Regulus, pero Cassie lo interrumpió cuando lo abrazó efusivamente. Él sonrió.
—Parece que no nos presentaron a la chica —interrumpió Tony.
Cassie soltó a Regulus y se acercó a su prima, tomándola del brazo para acercarla a los Vengadores. Al contrario de Pansy, Vega era un poco tímida a la hora de conocer a alguien hasta que tomaba un poco de confianza.
