The Avenger Potter

vi

Cassiopeia podía ver los refagazos de colores, las chispas naranjas y las naves volar por encima de su cabeza, oía los ruidos y los gritos de dolor, las maldiciones de sus amigos e incluso olía el olor a chamuscado que soltaba Jordan cuando se convertía, pero ella no tenía planeado soltar a su novio. El chico entre sus brazos estaba en la misma situación, rodeando la espalda de la más joven y dejando suaves besos en su hombro intentando demostrar lo aliviado y feliz que estaba de tenerla con él.

Había sido injusto. Había sido tan poco el tiempo que estuvieron juntos y tanto el que estuvieron separados, pero Cassiopeia atesoró cada momento que compartieron en esos dos veranos que pasó en Beacon Hills con muchísimo cariño, y los recordaba cada vez que podía para no olvidarse de él, de sus besos, de cómo su piel temblaba cada vez que la chica lo tocaba.

Y ahora lo había recuperado. Al fin.

—Cassie…

—Lo sé, un minuto más —pidió. Brett se lo concedió sin queja alguna, hasta que la muchacha se alejó un poco para acariciar sus mejillas y besarlo suavemente—. Creí que no te volvería a ver.

—Yo también —confesó Brett, quitando unos cabellos que caían por su frente—. Pero aquí estamos. Estamos juntos de nuevo. Solo tenemos que vencer.

El cuerpo de Theo Raeken cayendo al lado de ellos los obligó a separarse. Liam llegó a su lado corriendo y lo ayudó a levantarse con rapidez. No podían perder tiempo.

—¿Les importaría ayudar o es mucho pedir? —soltó el castaño molesto.

La joven pareja se alejó completamente y se miraron unos segundos antes de convertirse, Brett sacó sus garras y colmillos, y Cassie se dejó envolver por su nebulusa. Ambos se lanzaron hacia los súbditos de Thanos.

Cassiopeia se deshacía de todos los que podía, utilizaba magia, garras e incluso fuego para hacerles camino a los tres licántropos para poder llegar hacia los demás. Todos habían aparecido y estaban reunidos.

—¡Vengadores! —gritó Steve, con el martillo de Thor en su mano, pues se había quedado sin escudo. Cassie aterrizó a su lado, con la manada McCall detrás suyo—. Unidos.

Aquella fue la orden que todos esperaban para atacar. Cassiopeia eliminaba el mayor número posible de extraterrestres con su magia levitando desde una buena altura, cubriendo las espaldas de todos los que podía al mismo tiempo. Vio a Tony ser atacado, pero antes de poder ayudarlo Peter se encargó de él, así que se alejó hacia donde Pansy, Theo y Isaac Lestrange peleaban contra un grupo numeroso de criaturas.

Cassiopeia aterrizó en el suelo, encajó su mano en el pecho de una criatura que estaba por atacar a Isaac por la espalda y le arrancó el corazón. Los tres chicos la vieron deshacerse de todos los monstruos y apenas terminó se lanzaron a abrazarla, pero tuvieron que alejarse enseguida porque más de esas cosas se acercaban.

—¡Cassie, te ves increíble! —exclamó Pansy, con una sonrisa en el rostro mientras lanzaba hechizos con una precisión y elegancia que eran de envidiar.

Cassiopeia sonrió, porque la verdad era que así se sentía. Al menos tratándose de su magia, pues había logrado conectar con Hecate nuevamente. Natasha seguía muerta y Loki desaparecido, pero ahora sentía que podía vengarlos y eso le daba un poco de consuelo.

Oyó un rugido lastimero antes de poder contestarle a Pansy, por lo que volteó. A unos cuantos metros de distancia, Lahey, Alaska y Aiden luchaban contra algunas criaturas. Una de ellas tenía a Isaac por el cuello y estaba a punto de atrevesarlo con su espada, pero Alaska golpeó su pierna y luego su mano, obligándolo a soltar la espada. La criatura soltó a Isaac e intentó buscar su arma, pero una nebulosa verde se envolvió alrededor de ella y la mandó lejos.