¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
═════ ❀∘❀∘❀∘═════
Cassiopeia miró a su tío, quien estaba sentado en la cama de la Casa de los Gritos con el gato de Hermione en sus rodillas.
—¿Una Saeta de Fuego? ¿Querías matarme?
—¿Te gustó? —preguntó, alejando al gato y levantándose para acercarse a ella.
Cassie le dedicó una sonrisa y lo abrazó. Había sido un acto completamente involuntario, pero a Sirius no pareció molestarlo. Se alejó al cabo de unos segundos.
—Me encantó, Sirius. A Harry también, por cierto —informó, y se puso seria de repente—. Aunque gracias a la gran bocota de Hermione Granger, McGonagall se la confiscó. Temen que se la hayas hechizado.
Sirius hizo una mueca mientras ambos se sentaban en la cama.
—Lo están cuidando. ¿A ti no te la sacaron?
—Nadie sabe sobre el regalo, dije que no me llegó nada y que les avisaría si eso cambiaba —respondió ella—. Después de todo, no se sorprendieron. Recuerda que soy la Potter mal parqueada.
Sirius sonrió divertido y sacudió la cabeza.
—Como digas —murmuró el hombre—. Aún no me contaste cómo rompiste tu Nimbus 2001.
La chica se removió incómoda en su lugar. No le había contado nada a Sirius, absolutamente nada. Nada de nada. El adulto no sabía que había sido reclutada y entrenada por una agencia secreta dedicada a la protección del mundo, y fue herida repetidas veces en el campo. Y ella no estaba dispuesta a contarle que era parte de una iniciación que protegía el mundo de amenazas mortales.
—Tuve un accidente jugando Quitich —respondió ella.
—No te creo —ella lo miró con el ceño fruncido—. Rascaste tu nariz. Narcissa lo hacía cuando éramos pequeños. Y además, no se dice Quitich. Está claro que no juegas, además de que tienes doce, por lo que estás en segundo y dijiste que tu escoba se rompió antes de empezar este año escolar.
Ella lo miró inflando las mejillas. Sí... tampoco le había dicho que iba a tercero con Harry y Draco. Le sorprendía que no lo supiera, honestamente.
—A no ser que quieras decirme algo que no me hayas dicho antes.
Maldito Black. Ahora entendía cuando decían que todos los Black eran astutos.
—Ugh, bien. Supongo que es momento de contarte mi historia —respondió ella—. Pero cabe destacar que todo es culpa de Harry y sus tíos. Si no fueran tan crueles conmigo, no hubiera tomado la decisión de irme.
—¿Irte a dónde? —inquirió el mayor—. Quiero que me cuentes todo. Desde tu vida en lo de tus tíos hasta ahora.
