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—No es necesario que lo hagan —repitió Cassie a Steve y Natasha por enésima vez.
Steve rodó los ojos, pero le dedicó una sonrisa tierna.
—No lo es, pero queremos hacerlo, Cassie. Sobre todo si así te mantenemos a salvo de tu tío psicópata —murmuró.
Cassie suspiró y apretó con nerviosismo la mano del mayor. Por seguridad y privacidad suya y del mundo mágico, nadie sabía la verdadera identidad de ISIS. Ella en las misiones usaba su traje y la máscara, pero todo el el mundo conocía al Capitán América y a sus acompañantes, por lo que la gente que pasaba por ahí se preguntaba qué hacían en una corte de lo familiar.
S.H.I.E.L.D ya había aprobado su pedido, aunque no le importaba mucho lo que ellos pensaban, él y Natasha sólo le habían avisado a Fury lo que harían. Lo de firmar con un juez era sólo para hacerlo legal en el mundo muggle y sacarles la tutela a los Dursley, a ellos solo les importaba llegar a Londres mágico.
—Además, de esta manera ya no dependerás de tus tíos o de tu madre. No vas a necesitarlos —opinó Natasha.
Ella sonrió cuando la trabajadora social dejó los papeles enfrente de Steve y Natasha. Estos ya tenían sus datos, todos lo que pudieron dar sin dar a conocer sus secretos.
—Aún pueden arrepentirse —murmuró nerviosa.
Natasha tomó la pluma y firmó con rapidez. Steve la imitó. Cassie sonrió mientras salían del lugar. Debían quedarse en la ciudad hasta que los papeles sean aceptados y firmados por un juez. Tardarían unas semanas, pero podría haber tardado más si no fuera por las influencias que Tony tenía.
—¿Y ahora? —preguntó la menor.
Steve sonrió, y ella se puso aún más nerviosa. Era cuestión de tiempo para que Cassiopeia Potter adopte los apellidos Rogers y Romanoff. Decidieron que serían ellos quienes la adoptarían, pues eran quienes más tiempo pasaban con ella y además los únicos lo suficientemente maduros como para tomar esa responsabilidad.
—Esperamos.
(...)
Cassiopeia cayó sobre su estómago, quejándose de dolor, y gruñó.
—Eso fue innecesario —espetó la chica.
Hasta el momento, Regulus había mantenido su palabra y había ayudado a su sobrina, enseñándole hechizos y contrahechizos para defenderse. Lo malo, era que ciertos hechizos de magia oscura eran demasiados poderosos hasta para ella y Regulus no era exactamente un muy buen instructor. No era paciente en lo absoluto y era extremadamente duro en los entrenamientos.
