xv

3.5K 437 230
                                    

═════ ❀∘❀∘❀∘═════

═════ ❀∘❀∘❀∘═════

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

═════ ❀∘❀∘❀∘═════

Encajar en un lugar como Nueva York no era fácil, sobre todo viniendo de la comunidad mágica de Inglaterra. Por suerte, ninguno de ellos salía del complejo de los Vengadores ni siquiera al patio.

Vega ya conocía a todo el equipo, pero para Harry y Draco era más difícil adaptarse. Draco no comprendía la tecnología que había en el lugar, incluso seguía intentando prender el teléfono que Tony Stark le había regalado por Navidad. No quería pedirle ayuda a nadie, no luego de haberse comportado con prepotencia y superioridad toda su vida. Harry había dado por sentado que él no usaría el teléfono, Vega creía que ya lo había resuelto y a Cassie no le podía importar menos.

La morocha aún seguía de luto. Menos de dos semanas no habían sido suficientes para sanar la herida que la muerte de Blaise le había dejado.

Cuando Coulson había sido asesinado, mantuvo su mente ocupada en vengarse de Loki, y luego apareció Tom Riddle en Hogwarts, así que no tuvo mucho tiempo para hacer el duelo, pero ya no participaba de las misiones de los Vengadores, así que se pasaba los días en la torre intentando distraerse haciendo otras cosas.

Solía practicar con Wanda y Vega, quien ya tenía diecisiete y podía hacer magia fuera de la escuela, entrenaba con Pietro cuerpo a cuerpo y con Harry y Draco solía mirar películas utilizando el gran televisor de Tony, aunque realmente no les prestaba mucha atención.

No había festejado su cumpleaños y nadie refutó su decisión, aunque recibió cartas de sus amigos e incluso Cedric fue a verla. Cassie le aseguró que estaba bien y le pidió que siguiera estudiando para que pueda convertirse en profesor de vuelo el año entrante. Cedric lo había decidido al salir de Hogwarts, para estar cerca de su mejor amiga, sabiendo que lo necesitaba más que nunca.

En la sala de entrenamiento, Pietro miraba las diferentes espadas que Natasha y Clint tenían. Nadie, a parte de ellos y ocasionalmente Cassie, las usaban.

La morocha se acercó y tomó la que Clint le había regalado por Navidad.

—¿Quieres que te enseñe?

Pietro sonrió y asintió. Entrenar siempre le ayudaba a mantener su mente ocupada. Gracias a los poderes de Pietro y su metabolismo acelerado, él se curaba con rapidez cualquier herida, al igual que ella, así que no tenían mucha piedad a la hora de pelear.

—Agarra la espada y separa las manos en la empuñadura, no las juntes —Pietro obedeció—. Bloquéame.

Cassie empezó a atacarlo, pero Pietro bloqueó cada uno de sus golpes con una destreza sorprendente para ser su primera vez utilizando una espada, hasta que Cassiopeia pateó sus piernas y lo tiró al suelo. Pietro la tomó de la cintura y cayeron juntos.

The Avenger PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora