xv

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Cassie se miró insegura en el espejo. La única vez que se había puesto un vestido en toda su vida había sido para el baile de navidad.


Ahora, tenía puesto aquel vestido que María se había tomado el tiempo de comprarle junto a unos botines a juego. El vestido, negro completamente, era apretado arriba y suelto abajo. Los botines eran también negros, y toda la vestimenta combinaba a la perfección con la última joya que Draco le había regalado en tercer año. El anillo de los Black descansaba en su dedo índice, porque era demasiado grande para colocárselo en el anular y temía perderlo.

Agudizó su oído para escuchar las conversaciones de afuera y ver si podía reconocer a alguien, aunque todos los invitados solían ser gente que ni siquiera Stark conocía.

Interceptó la voz de su padre, acompañada de la voz de Sam Wilson.

-¿Encontraste algún lugar en Brooklyn?

-Ningún lugar que pueda pagar -contestó Steve.

-El hogar es el hogar -manifestó Sam.

-Quiero darle un buen lugar a Cassiopeia -contestó Steve luego de unos segundos-. Pero creo que ella prefiere estar aquí en la torre.

Cassiopeia se removió incómoda y salió de su habitación para dirigirse a la fiesta. Entre todas las voces, las risas y la música, captó las voces de Blaise y Natasha. Ambos estaban en la barra, la pelirroja preparaba un trago que luego dejó enfrente del italiano.

-¿Tú crees que alguna vez me perdone? -preguntó el chico.

Natasha suspiró.

-Ella ya te perdonó, Zabini. Solo le gusta hacerte sufrir -respondió.

Zabini soltó una risa. El morocho estaba vestido con unos jeans negros, una camisa azul con los dos botones de arriba desabrochados y calzado con unas Converse.

-Nunca fue mi intención lastimarla. Fury me dijo que la estaba protegiendo.

-Lo sé. Es lo que hace Fury. Manipular a la gente para lograr lo que quiere -Blaise hizo una mueca.
-. ¿Cómo acabaste con Fury?

-La tía de Sharon es la madrina de mi madre y era la mejor amiga de mi abuela. Su familia protegió a la mía en la Segunda Guerra Mundial -explicó-. Mi abuela siempre me traía al mundo muggle a verlas, hasta que falleció hace algunos años. Mi madre no me dejó volver. Pero conocimos a Vega en primero y nos escapamos de mi casa para venir.

-¿Entonces Vega es la mala influencia?

-¿Todavía lo dudas? -replicó, señalando a la morocha que estaba tomando y bailando con un adolescente desconocido. Natasha asintió, comprendiendo-. Pude ver a Sharon otra vez, y un día me llevó a S.H.I.E.L.D. Conocí a Fury y me dijo que debía vigilar a Cassie porque su magia solía descontrolarse y temía dañar a alguien. Yo le creí, no tenía razones para creer que estaba mintiendo. Los accidentes mágicos suceden y sobre todo con alguien con un núcleo mágico tan poderoso.

-Háblalo con ella, Zabini. Te escuchará -le dijo Natasha. Él asintió y levantó su vaso para tomar, haciendo que la pelirroja reaccionara-. ¿Qué estás haciendo? Dame eso, niño. No puedes beber alcohol.

-¡Pero Vega está bebiendo! -se quejó, viendo cómo la morocha se acercaba tambaleante-. Y además tú me lo diste.

-Y si Vega se tira de un puente, ¿tú también lo haces? -preguntó, quitándole a ambos magos los vasos de sus manos.

The Avenger PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora