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—¿Qué hace aquí, señor? —balbuceó Cassie mientras escondía el libro detrás de su espalda.
Enseguida se maldijo mentalmente. Era obvia la razón por la que un profesor de Hogwarts estaría donde ella estaba viviendo. Se habían enterado de que ella se había robado el libro y habían ido a buscarlo y, seguramente, a informarle que la expulsarían de la escuela.
Sin embargo, el profesor Black sonrió amablemente. Más amable de lo que nunca lo había visto. De hecho nunca lo había visto sonreír.
—No vine por el libro, aunque es bueno saber que lo tiene usted, señorita Potter —dijo el morocho, sin perder la sonrisa—. Y, por favor, no me llame señor, me hace sentir viejo.
Cassie estuvo a punto de implorarle a Tony que haga uno de sus chistes estúpidos, algo así como 'el único viejo aquí es Steve' para romper la tensión, porque se sentía extremadamente incómoda con la presencia de su profesor, sobre todo cuando estaba a punto de ponerse a averiguar sobre su familia.
Dejó de esconder el libro y lo lanzó contra la mesa de café. Tony la miró mal.
—La mesa es italiana, niña, y vale más que todas tus pertenencias.
Cassiopeia lo ignoró, pues el profesor no corría sus ojos de los suyos y ella no estaba dispuesta a perder aquella extraña batalla de miradas.
Seguro se enteró que fui yo quien incendió el sillón de la Sala Común pensó finalmente Todo es culpa de Draco.
—Tampoco es por el sillón incendiado, pero también es bueno saber que fue usted —dijo con amabilidad. La chica puso se mente en blanco al comprender lo que el hombre hacía.
Ignoró la mirada de reproche de Steve y siguió con la mirada fija en el morocho.
—No lea mi mente, profesor, es molesto y una invasión a la privacidad.
—Piensas muy alto —se excusó el hombre, haciendo que Cassie ruede los ojos.
La morocha se sentó en el sillón individual enfrente del mago mayor, con Steve y Tony a sus costados, pero parados.
—Intentaré pensar más bajo así no lo molesto... profesor.
Al contrario de molestarse, él volvió a sonreírle, cosa que ya le estaba molestando bastante.
—No —se adelantó a responder Tony, que ya se estaba molestando por la presencia del mago desconocido—. Señorita Potter es más apropiado, señor... —dejó la frase incompleta para que él la complete.
