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El agarre que el platinado tenía sobre su novia se volvió levemente más fuerte, lo cual fue suficiente para despertar a la chica. Cuando volteó para verlo, Pietro tenía sus ojos cerrados y las facciones de su rostro estaban tensas. Se removió con incomodidad.
Cassie enseguida comprendió que estaba teniendo una pesadilla, por lo que lo tomó de los hombros para sacudirlo. Pietro se sacudió con brusquedad de su agarre y comenzó a murmurar entre sueños, removiéndose cada vez con más en la cama.
—Pietro, solo es una pesadilla. Despierta —le pidió hablándole con voz dulce para no espantarlo.
Sin embargo, el chico se enderezó sobresaltado y respirando aceleradamente. Pasaron unos minutos hasta que pudo calmarse, y al hacerlo lo único que pudo hacer fue abrazar a su novia con fuerza.
—Tranquilo, amor. Ya pasó —susurró ella y se separó—. ¿Qué soñaste?
—Soñé que te perdía.
Cassie hizo una mueca y volvió a abrazarlo. Se escuchaba movimiento en el piso de abajo, por lo que era obvio que los demás ya estaban despiertas. Si se concentraba, Cassiopeia podía oír las burlas de Vega y Wanda y las quejas de Ginny y los gemelos.
Wanda y Vega eran definitivamente un dúo peligroso, y cuando Cassie se les unía... pues que Merlín protegiera al pobre diablo que se atreviera a meterse con ellas.
La morocha besó la frente de su novio.
—No me perderás, Pietro —susurró—. Pero si Regulus y Sirius te encuentran aquí, van a matarte.
Él rió levemente y asintió.
—Iré a bañarme —murmuró.
Cuando Pietro dejó la habitación, Cassie se permitió soltar el aire que estaba conteniendo y se dejó caer en su cama de espaldas. Colocó un hechizo silenciador y soltó un grito de pura frustración.
Odiaba mentirle a Pietro, pero tampoco podía decirle que lo más probable era que muriera en la guerra contra Voldemort. Estaban en su mejor momento, no quería arruinarlo.
Se duchó rápidamente y se vistió. Bajó a la cocina, donde los adolescentes desayunaban junto a Sirius, quien era como otro adolescente.
Tomó asiento entre Vega y Wanda, sorprendiéndose al ver a Draco y Pietro sentados uno al lado del otro sin discutir.
Hasta que su querido hermano decidió hablar.
—¿Esa camisa no era de Theo?
Cassie agarró un tenedor y pinchó los waffles que Sirius le había servido. Arremangó la camisa verde y negra hasta sus codos para evitar ensuciarse por accidente.
