Mientras Shash y Momo se peleaban por ver quién de las dos se hacía con la última catedral de cristal que había en la tienda de regalos, aproveché para sentarme en uno de los pequeños bancos acolchados para los acompañantes y me saqué el móvil del bolso. Me dolían los pies, y todavía me sentía un poco torpe debido a la ingente cantidad de comida que había tomado a lo largo de ese día, pero a pesar del malestar, me sentía feliz, tremendamente feliz.
El día estaba siendo genial. Ya desde mi despertar comencé a sospechar que aquel se convertiría en uno de mis cumple-adopción preferidos, cuando todavía en la inconsciencia de mi duermevela me acurruqué contra un cuerpo masculino, cálido y acogedor como pocos había en el mundo.
Lo primero que noté de él fue su aroma a hogar, ése que tanto miedo me había dado que perdiera cuando anunció que se iba de casa para participar en un concurso, como si Scott fuera a dejar de ser el mismo por el simple hecho de que todo el país descubriera que había heredado de papá algo más que su físico. Así que, en cuanto mi subconsciente me gritó "¡es Scott!" en tono de celebración, me incorporé como un resorte y exhalé un grito de gozo.
-Mm-gruñó él, encogiéndose un poco más en la cama y apretando los ojos con fuerza, resistiéndose a abandonar un sueño que ni siquiera había llegado a alcanzar-, Sabrae, no grites, es demasiado temprano-protestó, pero yo le sacudí para que abriera los ojos y me mirara. No pudo mantener su papel mucho tiempo más: cuando me echó un vistazo por entre sus pestañas, disimulando de una forma pésima, se echó a reír y se incorporó para estrujarme entre sus brazos y cubrirme de besos, como siempre hacía en los dos cumples que me correspondían al año. Me susurró un nuevo "felicidades" que me supo a gloria, y yo solté una risita mientras me dejaba mimar.
Habíamos venido a Praga el día anterior, con el pretexto de que toda la familia pudiera pasar el aniversario de mi adopción unida. Eso incluía también a los Tomlinson, y el hecho de que saliera corriendo para encontrarme con Tommy nada más nos los encontramos en la suite de su hotel hizo que Scott fuera víctima de un tremendo ataque de celos, aún no sé si fingidos. Me había fulminado con la mirada y al principio incluso se había resistido a mis besos, sólo para terminar cediendo ante mi insistencia más por sus ganas que por mi propio interés. Pero, ¿acaso podía culparme? Llevaba sin ver a Tommy desde el cumpleaños de Scott, y éste no había tenido ocasión de felicitarme como me lo merecía, aunque el detalle de la videollamada hubiera sido precioso.
No habíamos podido estar mucho con ellos, no obstante. A pesar de que todos los padres de Chasing the Stars...
-Tócate los huevos-se rió Louis, haciendo que Niall soltara automáticamente una carcajada incluso antes de lo que tenía que decir-. Tuvimos un mejor debut en Estados Unidos incluso que los Beatles, y ahora somos "los padres de Chasing the Stars"-puso los ojos en blanco y negó con la cabeza cuando el director del hotel en que se alojaban mis hermanos y el resto de su banda salió a recibirnos preguntando si éramos la familia de CTS.
-No te pongas nervioso, Louis; preguntan por Tommy, no por Eleanor, así que tú también puedes venir-le pinchó papá, y Louis lo fulminó con la mirada.
-¿Qué quieres decir?
-Bueno, a juzgar por el rango vocal que tiene, es evidente que Eleanor no es tuya... ¿verdad, Eri?
Louis miró alternativamente a papá y a su mujer como si ambos se hubieran convertido en una pareja de cocodrilos arcoíris con alitas de mariposa.
-¿Y de quién coño podría ser entonces Eleanor, Zayn? Porque la cría no es subnormal, así que a ti ya tenemos que descartarte.
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G u g u l e t h u (Sabrae III)
RomanceTras los meses de la más absoluta felicidad que ha experimentado Sabrae en toda su vida, ha tenido que aprender por las malas que no se le puede poner un vendaje al corazón para impedir que sienta. Lo hace de todos modos, y más intensamente, quizá...