-Bueno... ¡gracias por lo que habéis hecho esta noche, Londres!-sonrió Louis, paseándose por el escenario con chulería, igual que un león eligiendo la hembra de la manada con la que aparearse primero-. Nos hace mucha ilusión ver lo que estáis dispuestos a hacer aún por nosotros, después de todo el tiempo que ha pasado. ¡No cualquier banda agota el estadio de Wembley en cuestión de horas cuando sólo va a cantar una canción!-se rió, y el público empezó a chillar más fuerte, de forma que casi se enmudeció su voz en el micrófono-. Así que, ¡en nombre de Harry, Liam, Zayn y Niall, os doy las gracias por vuestro dinero! Lo necesitábamos desesperadamente, dado que Niall va a ser padre otra vez, y Zayn y yo estamos intentando mandar a nuestros críos a la universidad. Y, viendo sus currículos, creo que nos va a costar bastante enchufarlos en algún sitio en el que consigan labrarse un futuro. ¡Conducid con cuidado de vuelta a casa!-agitó la mano en el aire mientras los demás tiraban besos al aire, hacían reverencias y guiñaban ojos a diestro y siniestro, como políticos en un patio de colegio.
-¿CÓMO? ¡UNA CANCIÓN NADA MÁS! ¡ESTAFADORES!-aullé-. ¡DEVOLVEDNOS EL DINERO!
-Alec, has venido por la gorra, encima no tengas morro-se rió Sabrae.
-¡Me da igual! ¡Soy de clase trabajadora! ¡Estoy en el paro y ellos podrían esnifar polvo de billete de quinientas libras para enconcarse si quisiera, niña rica!
Louis se encogió de hombros, esquivó con maestría un osito de peluche que le tiraron al escenario (debería haber sido un tomate podre, o, siguiendo con los peluches, el de un atracador de bancos) y siguió a Liam, Niall y Zayn en dirección al centro del escenario. Harry, sin embargo, permaneció en el centro de la pasarela, con los brazos en jarras y negando con la cabeza mientras miraba a sus compañeros.
-Me parece que no quieren que nos vayamos aún, chicos.
-¡NO!-respondió todo el estadio, Sabrae, Shasha, Duna, Scott, Tommy, Diana, Layla, Rob, Chad, Eleanor, Dan y Astrid incluidos, como si no estuvieran metidos en el ajo. Por supuesto que estos cinco cabrones nos iban a estafar, pero a ellos les daba igual: su herencia había crecido considerablemente desde que las entradas habían salido a la venta.
-Pero lo tenemos en el contrato, Harry-trató de razonar Liam con él-. Una canción y nos vamos. Hay que vaciar el estadio antes de las nueve. Podríamos meternos en problemas.
-¡YO TE PAGO LA DEMANDA, HARRY!-chilló alguien en el público, lo suficientemente cerca como para que el micrófono captara su grito. Sabrae se rió, y yo descubrí en ese momento que estaba saliendo con una sociópata.
-¡Haremos otro cuando cumplamos 50 años, no os preocupéis!-prometió Louis, acercándose peligrosamente a la boca el escenario. Zayn subió las escaleras, y entonces, justo cuando parecía que iba a desaparecer, en medio de los gritos, se dio la vuelta lentamente, con una mano en la barandilla de las escaleras, y sonrió.
-¿Está imitando el meme de Britney Spears?-preguntó Tam, y Sabrae asintió, girándose para mirarla.
-Lo hace siempre en casa.
-Tu padre es genial.
-¡HABÉIS PICADO!-gritó Zayn, corriendo de nuevo hacia el centro del escenario.
-Ya te vale, Harry. Casi nos fastidias la broma-le recriminó Niall.
-Es que me sentía mal.
-Que sepáis que ninguno de nosotros queríamos hacer esto-comentó Louis-. Ha sido todo idea de Zayn. Ya sabéis que tiene tendencia a dejar las cosas a medias.
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G u g u l e t h u (Sabrae III)
RomanceTras los meses de la más absoluta felicidad que ha experimentado Sabrae en toda su vida, ha tenido que aprender por las malas que no se le puede poner un vendaje al corazón para impedir que sienta. Lo hace de todos modos, y más intensamente, quizá...