Revenge [Levi Ackerman]

Capítulo 11

LEVI'S POV:

Poco antes de que amaneciera desperté a Ram y pusimos rumbo a la base del equipo de exploración. Ella va subida en el caballo detrás de mí, agarrada a la silla del animal, intentando mantener las distancias conmigo.

Parece que le doy miedo

- ¡ALISHA! - La voz de un chico me distrae, haciendo que fije mi vista en un soldado que sale corriendo de la base pese a que los que hacen guardia hayan tratado de impedírselo.

El chico, que parece ser bastante joven, corre a toda velocidad hasta nosotros, buscando la mirada de la soldado. Ella, al escuchar su nombre, saca la cabeza por detrás de mí y escucho como deja ir un suspiro de alivio.

Cuando el chico ha llegado a nuestro lado detengo al caballo. Escucho como este le hace mil preguntas a Ram, pero ella no responde a ninguna, solo baja del caballo con algo de dificultad y abraza al recluta, quién se queda parado y tarda unos segundos en responder a su gesto.

No puedo evitar sentirme algo molesto, puesto que me están haciendo perder el tiempo. Además, la soldado Ram debería visitar a Hange enseguida para que le evalúe el estado de sus heridas.

Puede que este chico sea su prometido.

ALISHA'S POV:

Escuchar la voz de Dante cuando llegamos a los terrenos de la base hace que mi corazón dé un vuelco. Miro por detrás del capitán, quien conduce mi caballo, y veo a mi amigo correr con todas sus fuerzas hasta nosotros.

Cuando por fin Dante está a mi lado bajo del caballo como puedo y me fundo en un abrazo con él.

- Pensaba que habías muerto - Le susurro en el oído, a lo que él me abraza con más fuerza.

- No he dormido en toda la noche pensando en que te habían devorado - Escucho que me responde mi amigo - Cuando vi llegar a tu caballo sin ti me temí lo peor. - Su agarre se intensifica y noto como esconde su cabeza en el hueco de mi cuello.

- Estoy bien Dante, te lo prometo

- ¡Ram! Ve a ver a Hange inmediatamente, soldado vuelve a tus obligaciones. Dejad de perder el tiempo. - La voz ruda del capitán Levi hace que mi amigo y yo nos separemos inmediatamente y nos inclinemos a modo de disculpa

Menudo imbécil, no puedo ni abrazar a mi amigo después de casi morir en su estúpida misión

Pese a que no me guste obedezco a mi superior y, siguiendo las indicaciones de algunos de mis compañeros que se sorprenden al verme viva, me dirijo a la enfermería.

- ¡Soldado Ram! - Exclama Hange cuando abro la puerta de la enfermería - Creí que habías muerto, tu caballo llegó aquí solo

- Por suerte el capitán Levi me encontró.

- ¿Estás herida cierto?

- Si bueno, tengo heridas en mis manos y me duele todo el cuerpo. La verdad, no sé si me he golpeado la cabeza en algún momento - Musito algo apenada. Hange se acerca a mi y me tiende la mano para acompañarme hasta una camilla.

- No te preocupes, yo me encargo - Me dice a lo que yo me quedo más tranquila. Sé que estoy en buenas manos.

Cuando Hange acaba de evaluar mi estado me comenta que lo único "grave" que tengo son las heridas de las manos. Por lo demás, según sus palabras, estoy sorprendentemente bien. Aun así me manda que me quede reposando en la enfermería, por lo menos, hasta la hora de la cena.

Hange da la orden de que no se me moleste, por lo que Dante, pese a haber estado todo el rato en la puerta de la enfermería esperando a que la capitana acabara, no puede pasar y decide marcharse a cumplir sus obligaciones.

Me quedo sola en la sala. No se escucha absolutamente nada, a excepción de algunos gritos lejanos procedentes de los soldados que están haciendo su entrenamiento matutino. No puedo evitarlo, y en mi cabeza se reproduce una y otra vez la muerte de mi escuadrón, la de Lara y la de mi madre. Y, por si fuera poco, cuando intento pensar en algo distinto para no tener un ataque de ansiedad, me invade la pena cuando recuerdo la sonrisa de Camila.

Me llevo el anillo a mi boca y dejo un casto beso en él. Apoyo mis manos en mi frente y dejo que las lágrimas salgan. Esta situación me supera por completo, y no soy capaz de gestionar de forma racional mis emociones.

- Soldado Ram - La voz del capitán Levi me saca de mi trance, haciendo que me seque las lágrimas de mis mejillas de la forma más veloz posible.

Maldita sea ¿No se supone que Hange había dado la orden de que no se me molestase?

- ¿Si capitán?

- Necesito que me expliques qué pasó con tu escuadrón. Debo redactar un informe para el comandante - Su voz parece algo cansada e impaciente, por lo que asiento rápidamente y él coge una silla para sentarse a una distancia prudencial de mí.

Ni que tuviera la peste

- ¿Qué necesita saber? - Le pregunto con la voz algo ronca.

- Todo. Cuando los atacaron, como tus compañeros murieron... - Sé que no es una conversación agradable, ni para él ni para mí, pero la frialdad con la que trata la muerte de mis compañeros hace que me hierva la sangre.

- ¿Qué coño va a pasar? Un jodido titán salió de detrás de una casa y aplastó a nuestro capitán. Los demás solo pudimos huir al bosque e intentar asesinar a ese monstruo para que no destrozara la formación del cuerpo. Un accidente así ha pasado mil veces, estoy segura - Digo con los nervios a flor de piel, recibiendo una mirada reprobatoria de mi capitán. Su mirada, eso me cabrea mil veces más.

- Escuché como los huesos del capitán eran aplastados en el suelo, y vi como ese titán se relamió la mano llena de sangre como si fuera jodida comida. Los que quedamos vivos llegamos hasta el bosque, pero claro, no podíamos huir. Decidimos que tres de nosotros atacarían al titán y le intentarían inmovilizar para que luego otro le cortase la nuca cuando este no pudiese saltar. No salió bien. Uno de mis compañeros fue enviado de un manotazo al tronco del árbol y murió aplastado. Cuando quedaron solas Lara y la otra chica intentaron con todas sus fuerzas cortarle las muñecas y el tendón de Aquiles al titán, pero no pudieron y la veterana fue devorada de un salto. - Las palabras salen de mi boca con resentimiento y odio. El capitán me mira impasible. - La pobre Lara fue atrapada por ese puto titán. Intentó liberarse cortando los dedos a esa bestia pero lo único que consiguió fue ser exprimida como si fuese un sobre de salsa. Vi la última mirada de mi amiga, pidiéndome ayuda, antes de que sus tripas salieran volando y su sangre me manchara la cara. - Las lágrimas salían de mis ojos sin control. No sé en qué momento he empezado a llorar.

- Eso no explica como tú conseguiste matar a un titán excéntrico de clase 14 tú sola.

- Ni yo lo sé. Solo sé que cuando volví en mí ese jodido cabrón estaba muerto a mi lado, y que luego quedé inconsciente en el suelo, pensando que por fin me había muerto.

El capitán no cambió su cara en ningún momento. Frialdad pura y dura. Cuando acabo mi relato sin más se levanta de la silla y se marcha por la puerta de la enfermería.

Puto insensible.