Capítulo 54

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Estoy asustada, acojonada hasta la médula

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Estoy asustada, acojonada hasta la médula. Justo detrás de la chimenea en la que me escondo hay un loco con dos pistolas que ha matado a mi compañera Nifa.

Estoy tan nerviosa que siento que en cualquier momento voy a vomitar. El corazón me late tan fuerte que siento sus movimientos dentro del pecho y mis oídos han empezado a pitar de una forma ensordecedora. En mi visión pequeños puntos de colores y manchas negras me impiden ver bien.

Estoy temblando pese a estar agarrada de Levi. Siento que en cualquier momento voy a desfallecer.

Acerco una mano temblorosa hasta mi rostro y toco mi mejilla, notando enseguida un líquido caliente. Cuando miro la punta de mis dedos me doy cuenta de lo que es.

«Es la sangre de Nifa.»

Mis ojos se mueven de forma involuntaria hacia el cadáver de mi compañera. Está tendida en el tejado formando un charco de líquido carmín a su alrededor. La han asesinado justo delante de mí y no he podido hacer nada.

Y para colmo parte de sus fluidos han llegado hasta mi cara.

Estoy cerca de la muerte, lo noto. La mano invisible de la parca ha comenzado a acariciarme el pelo y si no me doy prisa me agarrará de los hombros y me arrastrará con ella.

«No quiero morir aquí. No debo morir así.»

Mis pensamientos son tan dispersos y rápidos que no soy capaz ni de comprender lo que mi propia mente me dicta. Solo sé que no quiero morir aquí, que quiero vengar a Camila y vivir una vida tranquila con Levi.

Darle un beso por última vez. Abrazar a mis amigos una vez más.

Mis ojos se dirigen hacia el azabache y me sorprendo al verlo incluso más descompuesto que yo. Tiene la mirada perdida en algún punto del tejado y no se mueve. Su cara demuestra la profunda confusión que tiene dentro de él.

No me hacen falta más que unos instantes para comprender que debo ser valiente y hacerme cargo de la situación. Si no me muevo yo Levi no se moverá y ambos moriremos a manos de ese loco.

—¡Levi! Vuelve en ti. —Le hablo pero no me hace caso. Su mirada sigue perdida. Aún temblando alzo mis dos manos hasta su cara y se la sujeto fuertemente, empezando a darle bofetadas —. ¡No es momento para gilipolleces Levi, reacciona de una puta vez! —Hablo desesperada y es entonces cuando sus ojos grises se clavan en mí y parecen recuperar la cordura.

No puedo evitar sentirme aliviada.

Levi se pone en guardia a mi lado en cuanto el sonido de un equipo de maniobras siendo utilizado se escucha detrás de nosotros. El sonido de las púas al clavarse en la piedra es nítido y mis pelos se erizan mientras adopto una posición de ataque con la que puedo huir sin problemas.

—¡Pero si no has cambiado nada! —Un hombre con sombrero aparece en nuestro campo de visión volando por encima de nosotros. Su voz es grave y profunda, parecida a la de un señor mayor, y su comentario sale con soltura por su boca.

Revenge [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora