Capítulo 78

339 23 1
                                    

—¿Y ahora qué? —Me pregunté en voz baja mientras pasaba un trapo húmedo por la frente de Lorena, intentando aliviar la fiebre que le azotaba por culpa de las quemaduras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Y ahora qué? —Me pregunté en voz baja mientras pasaba un trapo húmedo por la frente de Lorena, intentando aliviar la fiebre que le azotaba por culpa de las quemaduras.

A mi lado Armin dormía inquieto, frunciendo el ceño mientras susurraba palabras inconexas. Habían pasado varias horas desde que devoró a Bertholdt, pero todavía no había despertado. No quise preocuparme, ya tenía suficientes cosas en la cabeza, así que asumí que aquello era algo normal.

Después de que el comandante muriera y Armin emergiera del cuerpo del titán, la capitana Hange se encargó de tratar nuestras heridas. Prácticamente todos íbamos vendados, ya fuera en la cabeza, el torso o los brazos, y los que estábamos más heridos tuvimos que quedarnos en la cima del muro 'descansando'. Y eso solo nos incluía a Sasha, Armin, Lorena, David y a mí.

—No lo sé. —Respondió mi amigo a mi pregunta silenciosa, que no había pretendido que escuchara.

David estaba, en pocas palabras, hecho polvo. Durante aquellas horas se mantuvo con la cabeza gacha y los rizos desordenados, mirando al suelo con el único ojo que le quedaba sano. Estaba deprimido, al igual que yo, al igual que todos.

—Iremos al sótano de Eren, ¿no? —Pregunté en el mismo tono, pasando mis dedos por el pelo rubio de mi amiga. En parte me aliviaba que continuara inconsciente; si hubiera despertado habría tenido que aguantar el dolor durante horas hasta que regresáramos al cuartel.

Sus heridas no eran ninguna tontería, necesitábamos médicos y medicinas para tratarla. Pensé, incluso, que necesitaría quedarse internada varias semanas en el hospital para recuperarse.

—Eso creo.

—Espero que merezca la pena. —Suspiré finalmente, volviendo a quedarme en silencio.

Poco después Armin pareció mostrarse más inquieto. Murmuraba cada vez más alto y sus puños se cerraban con fuerza. Empezó a sudar tanto que llegué a pensar que le había subido la fiebre, pero cuando quise tocarle la frente para comprobarlo se despertó, abriendo sus ojos de par en par.

Estaba desorientado, miraba a todas partes y a todos, hasta que finalmente se detuvo en David y en mí.

—¿Qué ha pasado? —Preguntó con un hilo de voz e instintivamente aparté la mirada.

Tenía claro que no sería yo quien respondería a esa pregunta.

—¡Armin! —Eren, quien había regresado de buscar agua, habló desde mi espalda a la vez que prácticamente echaba a correr hacia su amigo, a quien acabó abrazando con fuerza—. Menos mal que estás bien.

Levi tampoco tardó en aparecer; parecía tener un imán para los problemas, siempre llegaba en el momento oportuno. Durante unos segundos me observó a mí y después miró a Eren y Armin, que continuaban abrazados.

—Por fin despiertas. —Comentó sin entusiasmo, sacando una bengala verde de su bolsillo y disparándola al cielo. Los demás no tardarían en llegar—. ¿Qué es lo que recuerdas?

Revenge [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora