Revenge [Levi Ackerman]

Capítulo 66

Poco a poco me acerco a la cámara interior de la cueva. No corro, tampoco me apresuro, solo camino tranquilamente hasta allí haciendo resonar mis pasos en el interior del largo pasillo. Sé que estoy cerca, siento que si estiro el brazo podré cumplir mi promesa.

Pero, ¿luego de eso qué? Los últimos 6 años de mi vida se han basado en querer saciar esta sed de venganza que me consume por dentro y que me ha vuelto loca. Quiero y deseo darle la paz eterna al alma de mi amiga pero, después de todo, no sé cuál es el verdadero propósito de mi vida.

«El sentido de mi vida terminará en el mismo momento en el que Rod muera.»

Desde hace tiempo trato de imaginarme mi futuro. ¿Seguiré siendo un soldado? ¿Levi seguirá enamorado de mí? ¿Los chicos seguirán a mi lado? ¿Podrán todos vivir en paz?

No lo sé.

En realidad, no sé nada.

De lo único de lo que estoy segura es de que debo acabar con la vida de Rod Reiss.

En realidad eso es lo único que me importa. Al fin y al cabo, nunca he pensado que hubiese un futuro para mí. ¿Imaginar mi vida dentro de 10 años? Eso es algo que, simplemente, no puedo hacer.

—El poder de ese titán alteró la memoria de nuestro pueblo, excepto el de unos pocos linajes... —A lo lejos y gracias al eco de la cueva soy capaz de escuchar la voz de un hombre, que habla en un tono neutro y que me provoca escalofríos.

«¿Ese es Rod Reiss?»

Mientras el hombre sigue hablando me acerco de forma sigilosa hasta el final del pasillo, que me lleva irremediablemente a otra sala dentro de la cueva. El sitio es mucho más pequeño que el anterior, pero tiene una especie de altar ceremonioso tallado en las paredes.

—Eren... —Susurro sorprendida cuando distingo al ojiverde maniatado y amordazado.

Justo en frente de mí, a unos escasos 50 metros, distingo a Historia y a un hombre mediano, algo mayor, con el pelo castaño oscuro y un bigote pobre.

Guardando todo el silencio que puedo me cuelo en el interior de la sala y me escondo detrás de una de las columnas, empezando a prestar atención a todo lo que dice Reiss. No entiendo la mayor parte de las cosas, pues parece que me he perdido parte de la conversación, pero aun así intento encontrar algo de sentido a lo que dice.

—Frieda no solo poseía poder como titán. Sabía los detalles del surgimiento de este mundo...

Con cuidado asomo mi cabeza por detrás de la columna y observo con rabia al hombre que explica una historia a la que no presto mucha atención. Historia, por otro lado, parece consternada escuchando sus palabras. Tiene la cara desencajada, los ojos llorosos, y coge temblorosa las manos de su padre apoyadas en sus hombros.

—Si Frieda hubiese utilizado su poder habría podido acabar con los titanes... —Dice Rod mientras su mirada se clava en Eren, quien lo observa todo desde su posición —. Pero tu padre le arrebató la oportunidad antes de que pudiera hacerlo. Ahora eres tú, Eren, quien tiene esa habilidad. Pero, por desgracia, solo alguien de la familia Reiss puede sacarle todo su potencial a ese poder.