Capítulo 4

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Los primeros días de entrenamiento fueron los más duros. Recuerdo como el instructor nos humilló el primer día delante de todos. A mis compañeros les insultó e incluso les pegó algún que otro cabezazo. Pero, para mi suerte, no se dirigió directamente a mí.

He sido asignada al escuadrón 7, junto con una chica y dos chicos más. Mi compañera, Adele, es una chica de 16 años con el pelo y los ojos castaños. No tiene una belleza especial, pero su carisma y su alegría son el alma del escuadrón. Mis otros dos compañeros son algo más reservados que ella, aunque eso no es nada complicado. Ángel, por su parte, es un chico muy alto y corpulento, con el pelo rubio y los ojos oscuros. Tiene mi misma edad, 17 años, siendo los más adultos de toda la Tropa 99. Pese a su apariencia intimidadora, realmente es un trozo de pan, y en el año que llevamos entrenando juntos ha demostrado ser el más noble de nosotros. Y por último tenemos al enigmático Dante. Un chaval de 15 años, de armas tomar, que destaca en todas las disciplinas y al que le fascina el té negro y los libros. Realmente formamos un grupo muy peculiar, o eso nos han dicho, pero de momento hemos demostrado ser el grupo más eficiente de toda la tropa.

Al principio fue difícil, sobre todo las primeras semanas. El carácter de mis compañeros de escuadrón choca fuertemente y, pese a que eso nos hace ser de los más fuertes en todas las misiones, es también nuestro gran punto débil. Recuerdo cómo en nuestra segunda misión de entrenamiento Dante se enfadó tantísimo con Adele que le puso sus espadas en el cuello y amenazó con clavárselas. O como a las 3 semanas de estar conviviendo apenas nos dirigíamos la palabra si no era para acordar cualquier cosa referente al entrenamiento.

Ahora mismo, después de los tres años que hemos pasado juntos entrenando, somos un equipo superunido. Haber conocido a estos chicos me sacó de la depresión en la que caí después de la muerte de Camila y me ha ayudado a crecer como persona. Siento que todos nos hemos ayudado entre todos, y al final, aunque estemos a punto de realizar nuestra última misión de entrenamiento, me da muchísima pena pensar que nuestros caminos se van a separar después de la ceremonia de graduación. Sé que Ángel tiene pensado entrar en la guarnición, Adele, si puede, se unirá a la Policía Militar para así poder dar un mejor sustento a su familia. En cambio Dante es un jodido suicida, y tiene muy claro que quiere unirse a la Legión de Reconocimiento. Yo, sinceramente, aún no me he decidido.

Nuestro último día como cadetes se ha pasado rápido, demasiado para mi gusto. Estamos sentados en el comedor, cenando, y miro atentamente como mis compañeros ríen, se abrazan y brindan con vasos llenos de vino. Sí, vino, a modo de celebración nos han dejado beber vino pese a que ninguno de nosotros supere aún los 17 años.

- Estás muy callada Alisha - Me dice Adele sacándome de mis pensamientos. La observo y veo como sus mejillas están ligeramente sonrosadas por el alcohol - Ten bebe más vino - Me dice rellenándome el vaso. La verdad es que ya me había bebido más de dos o tres vasos, pero qué demonios, estamos de celebración, hemos sobrevivido al entrenamiento.

Veo como en el fondo del comedor uno de mis compañeros, Petrick Wins, se sube encima de la silla y llama la atención de los demás.

- Compañeros, hoy acaba una etapa. Una etapa de mierda sí, pero una etapa al fin y al cabo - Todos nos echamos a reír y se escuchan carcajadas generalizadas por toda la sala. - Pero ha sido un placer conoceros a todos. Me da igual a que jodido cuerpo os unáis, solo manteneros vivos. ¡Somos la puta mejor generación de cadetes que ha parido la humanidad! - Todos chillamos emocionados. Mis amigos y yo nos miramos y con solo un asentimiento de cabeza nos entendemos y nos subimos encima de nuestras sillas, al igual que nuestro compañero. Veo como a Petrick le brillan los ojos y muchos otros imitan nuestra acción. Me aclaro la voz y sujetando mi vaso lleno de vino digo alto y claro:

- ¡Por nosotros, los cadetes de la jodida Tropa 99! - Todos mis compañeros alzan sus vasos escupiendo con sus voces gritos de alegría. Bebemos todos juntos y, por primera vez en mucho tiempo, me siento realmente a gusto entre un grupo tan amplio de personas.

El resto de la cena y de la noche pasó entre risas, abrazos y muchas bromas. Todos los cadetes dejamos las diferencias a un lado y disfrutamos de una velada que nunca jamás olvidaremos. Ahora me encuentro caminando por el oscuro pasillo, algo mareada a causa de la cantidad de vino que he bebido. Siento como el mundo marcha lento, y se me hace dificultoso llegar hasta el baño.

Joder, si lo sé me dejo una palangana al lado de la cama para mear

Una vez acabo de mis necesidades vuelvo a mi habitación, solo para encontrarme un sobre encima de la cama.

¿Qué coño es esto?

Cojo el sobre amarillento y enciendo una pequeña vela para poder verlo. No tiene remitente, solo pone mi nombre en una bonita letra cursiva. Abro la carta solo para encontrarme una foto dentro. No la miro directamente, sino que por donde la he cogido veo primero su dorso, que tiene algo escrito.

Alisha,

Siento darte esta noticia, pero tu querida Camila no murió en aquel incendio, sino que fue asesinada.

Se me para la respiración por completo. Noto como el corazón me bombea tan fuerte que me ensordece y noto como la bilis sube y me deja el regusto ácido del vino que he ingerido anteriormente. Noto como mis manos empiezan a temblar, como mi estómago se contrae involuntariamente y como empiezo a no poder respirar bien.

Esto no puede estar pasando. Necesito explicaciones.

Aún con las manos temblorosas vuelvo a enfocarme en el texto plasmado en la fotografía y sigo leyendo con algo de dificultad.

Tú también corres peligro. Te están buscando. Únete al Cuerpo de Exploración y huye de la capital y del distrito Trost.

Prometo volver a ponerme en contacto contigo.

Cuídate.

No sé en qué momento he dejado de respirar, pero en el momento en el que tomo una bocanada de aire noto como mi cabeza se marea y necesito apoyarme en mi cama para no caerme. No entiendo absolutamente nada, y el saber que Camila fue asesinada me corroe por dentro, generando dentro de mí una rabia que me quema las venas y me ciega.

Me vengaré de ellos, de todos, sean quienes sean.

Giro la foto y por fin veo la imagen plasmada de ella. Un susurro ahogado se escapa de mis labios:

- Camila

Revenge [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora