La carta que recibí ayer no ha salido de mi cabeza ni un solo segundo. Desde entonces miro la fotografía de Camila todo el tiempo, pasando mis dedos por encima de esta, deseando poder volver a tocar su largo pelo y ver su sonrisa cuando le decía que íbamos a poder vivir felices las dos juntas.
Su muerte me afectó muchísimo tres años atrás, tanto que necesité varios meses de entrenamiento y autogestión emocional para superarlo. O creí haberlo superado. Lo cierto es que ahora me doy cuenta de que ese dolor nunca se fue, sino que simplemente puse una venda a una herida profunda que, aunque pareciese no estar ahí a simple vista, aún sangraba interiormente.
Furia, enfado, tristeza, desolación, rabia. Los sentimientos se arremolinan en mi pecho, generando un nerviosismo que no sé cómo gestionar. Camila, la única persona a la que he podido amar en toda mi jodida existencia no murió, sino que fue brutalmente separada de mi lado.
- ¡Cadetes, entreguen sus corazones a la humanidad! - La voz del comandante Keith Shadis me saca de mis pensamientos. Todos los compañeros que hemos decidido unirnos al cuerpo de exploración hacemos el saludo militar, y miramos hacia delante con orgullo.
De reojo miro disimuladamente a Dante, que se encuentra a mi lado, y en su cara puedo ver la clara emoción de estar viviendo este momento. Sé que lo que más desea en el mundo es explorar el mundo exterior, descubrir más allá de lo que hemos visto e investigar más allá de lo que nos han contado. Dante podrá ser una persona inquietante y algo difícil de llevar, pero su alma es la de un aventurero y un curioso nato.
Sé que nota mi mirada porque disimuladamente me la devuelve y me hace un gesto con la cara. Sé que está orgulloso de que esté a su lado, aunque aún no sepa mi razón real para alistarme a la Legión de Reconocimiento.
Una vez acaba la ceremonia los pocos que quedamos en las instalaciones del campo de entrenamiento somos los que hemos decidido unirnos al grupo de exploración. De 100 personas solo somos 20.
- Estoy muy contento por Adele - Menciona Dante con un trozo de pan metido en la boca. Asiento ante su comentario y le respondo
- ¿Viste la cara que puso cuando dijeron que era la séptima mejor de nuestra generación? Ojalá haberla fotografiado. Ha podido cumplir su sueño de unirse a la Policía Militar.
- Tú podrías haberte unido también - Me replica. Y es cierto, he quedado también entre los diez mejores cadetes de nuestra generación. En realidad, mi escuadrón al completo ha quedado en ese ranking.
- Pero ¿Y lo gracioso que ha sido ver a ese cerdo de la policía militar ver como de sus 10 aspirantes solo 7 se han unido a su cuerpo corrupto? - Comento con sorna. Dante se echa a reír y detrás de mí escucho una ligera risa. Tanto Dante como yo nos giramos al instante y vemos a un miembro de la legión de reconocimiento mirándonos con gracia. Lo reconozco enseguida, es Erwin Smith, un soldado que durante la ceremonia estuvo todo el rato al lado del comandante.
- Me agradan chicos, espero que no muráis pronto. - Y sin decir nada más se va, dejándonos a mi compañero y a mí con un sentimiento extraño en nuestro interior. Miro el anillo de Camila en mi dedo anular de la mano izquierda y lo acaricio levemente.
No moriré. Al menos no hasta vengar su muerte.
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Revenge [Levi Ackerman]
Fanfiction¡¡Esta historia está pendiente de corrección!! 𝐕𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 - Daño o agravio infligido a alguien como respuesta o satisfacción a otro recibido "Con el corazón acelerado clavé mis espadas una y otra vez. Una tras otra. Una tras otra. Mis manos se...