Revenge [Levi Ackerman]

Capítulo 48

Siento de antemano la longitud del capítulo, no he podido evitarlo, soy una intensita.

La tensión que se respira en el ambiente es absolutamente abrumadora. Noto como el aire se atasca en mis pulmones de forma torpe y como mi cuerpo tiembla por los nervios. Como resultado de todo lo anterior me encuentro en alerta, preparada para luchar si se da el caso. Por su parte Reiner y Bertholdt se ven sorprendidos y aterrados debido a la rapidez con la que el Cuerpo de Exploración nos ha encontrado.

—¡¿Reiner, qué hacemos ahora?! —Por primera vez en un largo rato Bertholdt se dirige de forma desesperada a su compañero, agarrándole de la camisa —. ¿Estás seguro de que podemos confiar en Ymir?

Miro impactada a la castaña, quien no alza la mirada. Está completamente ensimismada, acariciándose el muñón de la pierna y susurrando palabras inconexas.

—¿Vas a traicionar a la humanidad, Ymir? —Le pregunto a la castaña, provocando que esta me mire contrariada.

—No te lo tomes así. No estoy traicionando a nadie, solo quiero salvar a Krista. —De nuevo la pecosa vuelve a desviar su mirada y yo decido no volver a hablarle.

De nuevo otras cuatro bengalas de humo son disparadas, pero esta vez mucho más cerca de nuestra posición. Sonrío aliviada y miro a Eren, quien fulmina con la mirada a Reiner y Bertholdt. Trato de levantarme y de caminar hasta el ojiverde, pero tardo un poco más de lo debido por culpa del dolor de cabeza que tengo.

—Nos van a salvar, ¿lo sabes, no? —Le digo a Eren una vez he llegado hasta él y he conseguido sentarme a su lado.

—De eso no me cabe duda. —Me responde seguro de sí mismo y yo asiento —. Me alegra haberte conocido Alisha.

Con algo de sorpresa giro mi cabeza al ojiverde, quien me observa detenidamente. Definitivamente no me esperaba esa confesión por su parte.

—¿Por qué? —Pregunto extrañada provocando que Eren esboce media sonrisa.

—Eres la única que desde el principio creyó en mí. ¿Sabes? A veces tengo recuerdos dispersos de cuando me transformé en titán en Trost, y en todos apareces tú tratando de que entre en razón. —El castaño suspira después de sus palabras y yo me mantengo callada, pues tengo la sensación de que aún no ha acabado de hablar —. Eres algo así como una hermana mayor para mí, y es por eso que te estoy muy agradecido.

Conmovida por sus palabras no puedo evitar sonreír de oreja a oreja. Me siento algo mal, pues al principio cuidaba de Eren solo porque era uno de los últimos deseos de su padre, pero al final he terminado por cogerle un cariño.

Cuando por fin encuentro las palabras correctas para responderle el uso de un equipo de maniobras nos alerta a los dos. Con un ligero movimiento de cabeza soy capaz de ver a Reiner viniendo hacia nosotros con una cara no muy amigable.