Capítulo 46

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NARRADOR OMNISCIENTE:

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NARRADOR OMNISCIENTE:

Se vivieron unos momentos de gran confusión y terror en la cima de la muralla Rose. Alisha, por su parte, quedó inconsciente al chocarse contra un cañón por culpa del vapor que el titán colosal desprendió en el momento de transformarse.

Nadie se pareció dar cuenta. Todo el mundo, incluido su querido escuadrón, estaba demasiado preocupado por huir del inminente ataque de su enemigo como para localizar y evaluar el estado de su amiga. Para cuando el grupo se dio cuenta de la situación de Alisha ya era demasiado tarde.

—¡TIENE A YMIR! —El chillido desesperado de Historia, quien huía del lugar siendo arrastrada por Hange, alertó al resto de soldados. Como resultado el escuadrón de Alisha miró en su dirección.

—¡TIENE A ALISHA! —El horror y la desesperación dentro del grito de Lorena se escucharon a kilómetros a la redonda. La rubia había presenciado el cuerpo inconsciente de su amiga ser capturado por la mano del titán colosal, y lágrimas saladas se acumularon en sus ojos.

—¡SUÉLTALA CABRONAZO! —David, quien sintió su corazón estrujarse con fuerza al ver a su querida amiga atrapada de tal forma, no tuvo mejor idea que dar media vuelta y lanzarse a la batalla directa contra el titán. Inmediatamente fue seguido por el resto de sus amigos, quienes formaron una posición de triángulo y avanzaron hasta el enemigo.

—Acabo de recuperar a mi hermana de entre las garras de la muerte, no pienso consentir que te la lleves. —En un susurro casi inaudible las palabras de Dante fueron más una promesa para sí mismo que una amenaza. El azabache estaba completamente aterrado. La sola idea de perder a su amiga hacía que su corazón se encogiese y empezase a temblar.

Como si el enemigo hubiese escuchado las palabras del azabache, el colosal pareció esbozar una sonrisa burlona mientras se llevaba a la boca a sus prisioneros. Como resultado tanto Alisha, como Ymir y otro soldado más acabaron en la boca del titán y parecieron ser tragados como un simple caramelo.

La ira y el odio que creció dentro de los pechos de Dante, David y Lorena fue cegadora. Se dejaron llevar e iniciaron un ataque directo hacia la boca del titán con la esperanza de poder abrir su mandíbula y sacar de allí a su querida amiga.

El grupo de chicos fue inmediatamente seguido por el resto de los soldados del Cuerpo de Exploración. La capitana Hange dio la orden de ataque y los soldados se lanzaron a gran velocidad.

Pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Algunos salieron heridos, otros simplemente no pudieron ni acercarse. Para la desgracia de todos los allí presentes el titán colosal contaba con la habilidad de desprender vapor desde su cuerpo, cosa que inhabilitaba por completo sus equipos de maniobras, por lo que no tuvieron la oportunidad de acercarse.

Lágrimas corrieron por las mejillas de Lorena cuando escuchó que la capitana Hange daba la orden de esperar. Acababa de perder a su mejor amiga delante de sus propios ojos y la impotencia que sentía era absolutamente sofocante. No podía soportarlo.

—¡ALISHA ESTÁ VIVA, YO LO SÉ! ¡DEJADME IR A BUSCARLA! ¡POR FAVOR! —Entre sollozos desesperados la rubia quiso salir volando en contra de su enemigo pero fue rápidamente detenida por Dante. Lorena replicaba y pataleaba con todas sus fuerzas pero el agarre de su amigo -y amado- no la dejó moverse de su lugar.

—No podemos hacer nada ahora, Lorena. —Con el corazón en un puño y la voz entrecortada Dante trataba de consolar a su amiga. Le dolía y le quemaba por dentro el no haber podido salvar a Alisha antes, pero sentía una pequeña esperanza en su pecho. Su instinto le indicaba que su querida amiga y hermana de otra madre estaba viva, y él nunca se equivocaba en ese tipo de cosas.

—Por favor... —Una última plegaria salió de la garganta de la rubia justo antes de caer en un llanto ensordecedor. Lorena se agarró del cuerpo de Dante como si fuese un salvavidas y lloró en el hueco de su cuello mientras este intentaba tranquilizarla acariciando su corto cabello.

David, por su parte, apretaba tanto la mandíbula que incluso se podía escuchar el crujir de sus dientes ante la fuerza utilizada. Se habían llevado a lo que él más quería: a su querida Alisha, su pequeña novata. El corazón del castaño latía con fuerza y rabia mientras trataba de controlar sus impulsos. No podía dejar que ella muriese así, no sin antes haber confesado todo el amor que sentía por ella.

El resto de soldados miraban la escena con un nudo en la garganta. Historia lloraba silenciosamente, dolida por la captura de su amada y de Alisha. Hange sentía su corazón afligido ante la escena del escuadrón del capitán Sullivert y no pudo evitar sentirse culpable. Conocía a aquellos chicos desde que entraron en la legión de reconocimiento, y de eso hacía más de 5 años. La capitana jamás pensó que algún día vería morir a alguno de ellos y, ciertamente, que Alisha hubiese acabado en la boca de aquel titán la había desanimado por completo.

Paralelamente, justo debajo de la muralla Rose, una batalla brutal se disputaba entre Eren y Reiner, quienes convertidos en titanes daban lo mejor de sí mismos para vencer al contrario. Fue un combate muy reñido, lleno de rabia y odio por ambas partes. Mikasa, quien siguió de cerca a Eren en todo momento, intentaba ayudar al ojiverde clavando sus espadas en la nuca del titán colosal, aunque todos sus esfuerzos fueron en vano.

Gritos, patadas y puñetazos fueron los protagonistas de aquel enfrentamiento. Pero, finalmente, Eren consiguió inmovilizar al titán acorazado.

Reiner había quedado capturado entre los brazos y las piernas del joven Jaeger. En su interior el rubio maldecía mil y una veces al castaño de ojos verdes, quien creía tener la situación bajo control y la batalla ganada. Pero, para su mala suerte, los traidores tenían un último as bajo la manga.

Todos los soldados se encontraban mirando esperanzados aquella pelea que parecía acabar en favor de los defensores de la humanidad cuando sucedió. De la garganta de Reiner salieron unos gritos graves y amenazadores, parecidos a aquellos que emitió la titán hembra la vez que fue capturada más allá del muro.

—¡Está llamando a más titanes, tened cuidado! —La orden que emitió Hange fue seguida por sus subordinados en seguida, pero fue inútil, pues aquella no era la estrategia que el enemigo estaba siguiendo.

Tardaron unos segundos en darse cuenta, pero cuando lo hicieron ya era demasiado tarde. En un último movimiento desesperado el titán colosal se desprendió desde la cima de la muralla y cayó en dirección a los titanes que se encontraban luchando en el suelo.

La explosión que produjo el colosal al impactar fue tal que hasta los soldados más fuertes salieron disparados de sus posiciones por culpa de la onda expansiva. Eso, sumado al hecho de que un gran estallido de luz envolvió la zona, dejó a los soldados prácticamente inútiles como para actuar ante lo que se vio a continuación:

Reiner, aún transformado, arrancó la nuca del titán de Eren de un solo bocado. Por su parte Bertholdt salió de dentro del titán colosal y, cargando como podía los cuerpos de Alisha e Ymir, caminó hasta su amigo, quien los recogió y huyó del lugar.

—Te dije que estaba viva. —Pese a las circunstancias una llama de esperanza se encendió en Lorena cuando vio a su mejor amiga ser transportada y secuestrada por Bertholdt y Reiner.

—Si la han secuestrado aún la podemos rescatar. —Con un deje de alivio en su voz Dante habló, y sus palabras provocaron que varios soldados los miraran.

—Los salvaremos. —Sentenció David mientras observaba al titán colosal alejarse cada vez más, hasta perderse detrás de una colina cercana.

—¡Ya lo habéis oído! ¡Vamos a rescatar a nuestros soldados cueste lo que cueste! Los enemigos no tienen oportunidad contra el Cuerpo de Exploración. ¡Rápido, a vuestros puestos! —La capitana Hange dio órdenes y los soldados corearon un grito de guerra lleno de euforia.

Ninguno de ellos estaba dispuesto a que sus amigos y compañeros fueran prisioneros de los enemigos de la humanidad. Los soldados del Cuerpo de Exploración tenían clara su misión y sus corazones latían desbocados a causa de las ansias de cumplir su cometido. Los salvarían, a los tres, y no tenían ninguna duda de ello. 

Revenge [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora