Revenge [Levi Ackerman]

Capítulo 30

— ¿Cuándo piensas acercarte a ella? — La voz de Dante hace que salga de mi trance. Me he quedado por no sé cuánto tiempo observando a los cadetes de la 104 y no soy consciente de la hora que es. Desde la llegada de los nuevos reclutas no he podido fijar mi atención en otra cosa que no sea Historia y, la verdad, siento que esta situación empieza a consumirme.

— No lo sé — Le respondo algo tensa mientras juego con una piedra que hay en el suelo. Mi amigo se sienta a mi lado y con una mano hace que apoye mi cabeza en su hombro.

— Deberías hacerlo ya. La semana que viene es la expedición — Me recuerda y yo solo suspiro. Esa misión me tiene nerviosa y lo peor es que no sé el porqué.

— Lo sé Dante, pero no es tan fácil. ¿Qué esperas que le diga? ¡Hola! Soy la mejor amiga de tu hermana mayor muerta. Tu padre la mandó asesinar y quiero vengarme así que por favor dime dónde se esconde para que pueda ir a cortarle el cuello — Hablo con ironía y de la garganta de Dante sale una carcajada ronca. Lo miro enfadada y él solo niega con la cabeza mientras sonríe.

— Claro que no. Solo acércate a ella y preséntate. Podrías aprovechar algún momento en el que se quede sola.

— Suena tan fácil cuando lo dices — Estoy profundamente frustrada y sé que Dante lo nota. Mi amigo me da un pequeño beso en la cabeza mientras que me acaricia la espalda de una forma reconfortante.

— Te ayudaré — Sentencia justo antes de ponerme de pie. Extiende su mano hacia mí cuando se levanta y se la cojo algo dudosa. De un fuerte empujón hace que me levante y me quede a su lado — Para eso somos amigos ¿no?

No puedo evitar esbozar una sonrisa ante su comentario. Dante es simplemente increíble.

— ¿Y cómo piensas ayudarme? — Le pregunto algo confundida y él niega con la cabeza mientras me hace un gesto con la mano que significa "sígueme".

— A veces se te olvida que soy capitán — Comenta divertido y mentalmente me doy un golpe en la cabeza. Han pasado 5 años y aún no me acostumbro.

Ambos caminamos hacia los nuevos reclutas que se mantienen concentrados en su entrenamiento. Algunos trotan por el campo, otros pelean cuerpo a cuerpo... es como si no hubiesen abandonado la escuela militar.

— Reclutas — De la garganta de mi amigo sale una voz profunda que hace que todos los presentes formen de inmediato y hagan el saludo militar. Algunos miran con terror a Dante y, la verdad, no puedo culparlos. Su semblante, su porte, su voz, su altura y su rango lo hacen una persona temida para los recién llegados. — El entrenamiento se ha acabado por hoy. Recoged las cosas y marchaos a vuestras habitaciones a asearos. Tendréis reunión con vuestros capitanes en una hora.

Todos los de la 104 se mueven rápidamente y empiezan a recoger. Entre la masa de personas distingo a algunos de los que nos ayudaron en el distrito de Trost, y sonrío al ver a Mikasa y a Armin entre los nuevos reclutas.