Capítulo 70

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Pese a la de años que hacía que los Ackerman no se veían, y a pesar de los múltiples intentos de asesinato por parte del mayor, la muerte de Kenny afectó más de lo esperado a Levi

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Pese a la de años que hacía que los Ackerman no se veían, y a pesar de los múltiples intentos de asesinato por parte del mayor, la muerte de Kenny afectó más de lo esperado a Levi. Él no me lo ha dicho, pero sé que ver al último miembro de su familia morir delante de él ha sido un golpe duro.

La misma noche en la que Kenny falleció intenté quedarme con él para que se desahogara, pero lejos de demostrarme lo mucho que le dolía su pérdida, lo único que hizo fue apartarme y decirme que necesitaba estar solo.

—Todos somos víctimas de nuestras propias circunstancias. —Me dijo mientras su mirada estaba perdida en algún lugar de la habitación. Parecía estar en un momento de introspección, por lo que simplemente le di un beso en la frente y me fui.

No me enfadé con él por eso. Yo, en realidad, soy igual que él, por lo que lo entendí perfectamente como se sentía. Decidí hacerle caso y dejarle su espacio para que sanara a su ritmo y para que cuando estuviera listo volviera para contarme cómo se sentía.

—¡Tú, novata! ¡Ven aquí y ayúdame con esto! —Escucho la estruendosa y agitada voz de David llamarme a varios metros de mí, por lo que enseguida voy hacia él. Mi amigo carga con unas cuantas cajas entre sus brazos y, por su expresión, sé que son realmente pesadas.

Ha pasado una semana desde que Rod Reiss fue asesinado. Ahora Historia es la reina de las murallas por derecho propio, aunque aún no se ha celebrado la coronación. Y eso es justamente lo que estamos preparando ahora mismo.

Se ha decidido que la ceremonia se llevará a cabo en Mitras, por lo que todos los soldados nos hemos estado hospedando en una posada de la ciudad.

Ha sido bonito y reconfortante vivir, aunque solo por unos días, como una persona normal. Todos hemos tenido la oportunidad de convivir y reír juntos sin presiones, ansiedad o preocupaciones, tan solo disfrutando de la compañía de los demás. No ha habido entrenamientos ni misiones, solo amistad y compañerismo. Ha sido como si, por unos días, ya no fuéramos soldados.

Cada noche los chicos de la 104 han reído y bebido jarras de cerveza mientras recordaban viejas anécdotas y hablaban sobre sus planes de futuro. Mi escuadrón y yo, por otro lado, nos hemos emborrachado cada noche sin preocuparnos de nada más que de ganar las apuestas que hacíamos jugando a las cartas. Durante largas horas el resto de capitanes nos observaban divertidos mientras Dante y yo desplumábamos a los jugadores más ricos de la ciudad con apuestas desmesuradas por cada ronda.

Y no voy a mentir, gracias a esas partidas mis mejores amigos y yo nos llevaremos una buena cantidad de dinero al cuartel general.

«¿Así habría sido mi vida si Camila y yo hubiéramos conseguido escapar de Trost?» Me pregunté una de las tantas noches que terminé borracha en mi cuarto, demasiado mareada por el alcohol como para ponerme de pie.

Ha sido una semana de paz. Una calma que estoy segura de que precede a una tormenta, pero que nos ha venido genial a todos para descansar y aclarar las cosas.

Revenge [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora