Capítulo 16

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Todo el equipo de exploración esperamos expectantes la apertura de las puertas del muro. Todos los soldados portamos la capa verde oscura con las alas de la libertad impresas en ella, esperando en silencio.

La gente está demasiado callada. Esto es mal augurio.

El sepulcral silencio que hay es abrumador. Nadie habla, nadie comenta, nadie ríe. Es como si todos esperaran un fatídico destino.

No es como la última vez. En la última misión la gente hablaba y reía. Parece que estemos en un entierro.

Miro a mi alrededor en busca de alguna cara conocida. No ha venido gente del pueblo a despedirnos, cosa que me facilita la búsqueda. Giro mi cabeza a un lado y al otro buscando el escuadrón de Dante y los demás, pero rápidamente el capitán me llama la atención.

- Ram, concéntrate. Deja de tener la cabeza en las nubes. Ahí fuera solo dependes de ti misma, si estás distraída serás comida para los titanes.

La reprimenda hace que inmediatamente baje la cabeza y me encoja un poco. Escucho como un compañero suelta una carcajada para luego decir:

- No seas tan duro con ella Levi ¿Qué es? ¿Su segunda misión? Deja que por lo menos busque la mirada de su novio antes de partir a la muerte. - El hombre habla con sorna, pero sus palabras hacen que se me erice la piel.

- No sé de quién hablas, pero no es mi novio. En este mundo no hay sitio para las relaciones - Hablo levantando la cabeza, para afrontar la mirada de Auruo Brossard, quien me había defendido.

- ¿Me estás diciendo que ese chico con el pelo negro que siempre corre hacia ti no es tu novio? - Me pregunta entre sorprendido y ofendido, a lo que yo niego con la cabeza - ¡Vaya! Incluso creí que estabais prometidos, como siempre llevas ese anillo en la mano. Además, en la última misión el chico se volvió loco al ver que no llegabas.

Instintivamente miro mi mano y acaricio el anillo. En cierta parte sí es un anillo de promesa, pero no una de amor eterno, sino una de venganza.

- El chico del que hablas es Dante Sullivert, de la tropa 99. Fue el número uno en nuestra promoción. Era mi compañero de escuadrón, es como mi hermano pequeño.- Le comento a Auruo quien asiente con la cabeza divertido.

- Y yo que creía que por fin habría alguna boda

- Callaos ya, cotorras. - La voz firme y fría del capitán Levi nos llama la atención, por lo que callo de inmediato y pongo la espalda recta - Concentraos en la misión, no sois un par de abuelas en un parque un domingo por la tarde.

Sé que mi capitán tiene razón por lo que no vuelvo a abrir la boca hasta que las puertas del muro se abren. Escucho como Auruo le replica algo, pero no le presto atención. Cuando los engranajes de la gran puerta empiezan a sonar mi cabeza empieza a ir a mil por hora, haciendo que no tenga espacio para pensar en nada más que no sea volver con vida de esta misión.

Los caballos comienzan a cabalgar, y cuando Levi da la orden el resto del escuadrón le seguimos. Como la última vez, pasamos por el interior oscuro de las murallas y, cuando salimos al exterior, una sensación de absoluta libertad invade cada fibra de mi ser.

Intento que mis sentimientos no me dominen y me concentro en el paso del capitán y en mi alrededor. En este escuadrón yo soy la encargada de portar las bengalas de humo que nos servirán para comunicarnos en caso de encontrarnos con algún titán, por lo que no puedo distraerme.

Esta vez mi escuadrón está situado en el flanco derecho de la formación, un poco más al frente de lo que hubiese preferido. Estamos lo suficientemente alejados de nuestros compañeros como para solo distinguirlos como puntos negros en el inmenso paisaje. El viento, algo frío, azota mi cara y remueve mi pelo recogido en una coleta alta.

Revenge [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora