Capítulo 59

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TW: Violencia, asesinato, mención a violencia sexual y consumo de drogas

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TW: Violencia, asesinato, mención a violencia sexual y consumo de drogas.

[Flashback]

Era un día como cualquier otro, puede que algo más caluroso de lo normal. Ya era casi de noche por lo que los rayos del sol ya no iluminaban la ciudad con la misma intensidad. Aprovechando esto yo regresaba de robar en el mercado.

Iba con la capucha puesta y caminaba entre la multitud, camuflándome entre las faldas de las señoras mientras miraba hacia todos lados vigilando que ningún soldado me viera.

Todo parecía ir sobre ruedas hasta que de camino a mi escondite pasé por delante de un callejón. A mis oídos llegó el llanto desesperado y la voz de una niña, y al no reconocerla, mi intriga me ganó y me adentré en la oscuridad de la calle.

Mi plan no era intervenir, pues solamente pretendía acercarme lo suficiente como para identificar al crío que estaba siendo atacado. Creí que con un poco de suerte alguien le hablaría de mí y acudiría a pedirme ayuda. En ese momento solo pensé en mi propio beneficio.

Pero la escena que me encontré en el fondo del callejón me revolvió las tripas hasta el punto de querer vomitar. Ante mis ojos había una niña rubia, más o menos de mi edad, que pedía de forma desesperada a unos soldados que la dejasen en paz. Ella estaba de rodillas, rogando por su vida mientras que con sus delgados brazos se tapaba la cabeza. Los hombres, en cambio, parecían estar disfrutando. Tenían la mirada perdida, como si fueran drogados, y propinaban violentos golpes con un hierro a la pobre niña.

Me encendí. En aquel momento noté como mi mente se nublaba por primera vez y perdía la conciencia de mis actos. En el momento no lo entendí, pues había presenciado escenas similares cientos de veces durante el último año, pero el llanto de esa indefensa cría cambió algo dentro de mí. Sin pensármelo dos veces me deshice de la comida que había robado y me agencié una barra de hierro que había tirada por allí cerca.

Para mi suerte los hombres estaban tan entretenidos maltratando a la rubia que no se percataron de mi presencia hasta que fue demasiado tarde. Corriendo me abalancé sobre ellos, golpeando la cabeza del más alto. El hombre, que era tan ancho como un armario, cayó en el suelo desmayado.

El otro soldado me miró durante unos instantes y luego me atacó. También recibí golpes, por supuesto, pero finalmente pude conseguir una distracción y le golpeé en la cabeza dejándolo inconsciente.

La niña no había levantado la mirada ni una sola vez desde que intervine. Se mantenía llorando, tapándose la cabeza de forma torpe y temblando como un cervatillo. Solté el hierro y me acerqué a ella cojeando.

—¿Estás bien? —Pregunté tímidamente. La niña no me respondió, pero levantó sus ojos y me miró. En aquel momento sentí como nos unía una conexión especial.

Revenge [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora