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"𝙱𝙴𝚂𝚃 𝚈𝙴𝙰𝚁𝚂"
Antes de entrar a la oficina, Jieun espió a través de la puerta para ver quiénes se encontraban dentro y un suspiro abandonó sus labios al verlo allí sentado.
El pelinegro estaba revisando unos papeles, probablemente no le daría atención, pero de todas maneras junto coraje para empujar la puerta de vidrio y hacer su entrada.
―¿Si...? ¡Park Jieun! ¿Qué te trae por aquí tan tarde? ¿Tu turno no terminó hace dos horas?―, preguntó su jefe con una sonrisa. Extrañamente, aquel hombre le caía bien, siempre la había respetado y era cómodo trabajar con él, pero en aquel momento quiso asesinarlo, porque con semejante anuncio provocó que todos voltearan a verla.
―Revisé los números que contabilidad bajó en la mañana, todo está en orden―, explicó, caminando hasta el escritorio con el sobre en sus manos, sintiendo algunas miradas en su espalda, en especial una con la cual estaba familiarizada. ―Dijo que los quería lo más pronto posible, así que me ocupe de ello personalmente, y mi equipo terminó de revisar las demandas de recursos humanos, mañana tendremos una reunión sobre eso―, agregó mientras dejaba los documentos en manos de su jefe y le pasaba una nota con el horario y sala de la reunión.
―Ah, Park Jieun, por eso eres mi favorita. ¿Lo ven muchachos? Desde que comenzó a trabajar aquí, Park Jieun ha puesto la vara muy alta y ninguno la ha alcanzado. Lo que ustedes hacen en dos días, ella lo tiene en doce horas. Muy buen trabajo.
Sonrió por compromiso, en cierta forma aquellas palabras hicieron crecer su ego y le ayudaron a comprender que su esfuerzo era apreciado pero no pudo evitar avergonzarse al sentir las miradas de sus colegas, sabía que varios querían atacar su cuello.
―Te veré mañana, Park.
―Adiós, y gracias, señor Kim―, dio una pequeña reverencia y abandonó la oficina, cruzando miradas con aquel pelinegro cuando cerró la puerta. ―Pudo ser peor―, susurró para sí misma, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.
Jieun regresó a su propia oficina, cruzando camino con sus compañeros cercanos y saludando a aquellos que ya abandonaban el edificio. Se dispuso a guardar sus cosas y pudo ver a su mejor amiga avanzar hasta ella con una sonrisa malvada.
―¿Ahora qué?
―¿Lo viste? ¿Hablaron?
―Fui a entregar los documentos, no a socializar, estoy trabajando.
―Ah, Jieun, por favor. ¡No pueden seguir así durante toda su vida!―, reclamó agotada.
―Fue un error haberte contado, sabía que no ibas a dejarme en paz―, suspiró, maldiciendo el día en que decidió contarle de su historia con Min Yoongi.
