Hay muchos tipos de corazones rotos. Y el que me dejó Min Yoongi es uno que ni siquiera el tiempo u otra persona podría curar. Nadie más que él lograría salvarlo.
Aquella noche todo cambió. Para bien o para mal, debí adaptarme a eso. Ya no almorzamos juntos, dejamos de compartir banco en clase, él no viene a casa, y yo tampoco voy a visitarlo, no hay textos ni llamadas. Es extraño, un tanto irónico y quizás hasta divertido, porque ahora parecemos desconocidos. Y en el fondo, ambos sabemos que no lo somos. Sé todo sobre él, él sabe todo sobre mí. Solo nos perdimos en el camino.
—¿Todavía no te cambiaste?
—No voy a ir.
Mamá soltó un suspiro, estaba recostada contra el marco de la puerta y se veía super guapa, pero yo seguía tirada en la cama, sin intenciones de moverme.
—Siempre vamos a cenar juntos y te encanta, ¿qué sucede?
—No quiero ir, no me apetece.
—¿Peleaste con Yoongi?—, mierda, ella siempre daba en el clavo. Me senté en la cama, mamá seguía esperando una respuesta, pero no iba a dársela.
A fin de mes, como tradición, mi familia y la familia Min siempre salen a cenar. Gracias a Yoongi era entretenido, pero considerando lo que pasó entre nosotros y teniendo en cuenta que van tres semanas sin hablarnos, dudo que pueda sentirme cómoda. Así que, básicamente quedarme en casa es la mejor opción, para él y para mi, sólo nos estoy ahorrando el vivir otra noche desagradable.
—No tiene importancia.
—Corazón, no puedo entender ni ayudarte si no me decís qué fue lo que pasó.
—Gracias, pero no. No necesito ayuda, sé que voy a resolverlo, siempre lo hago—, mentí. No era algo que pudiera resolver, porque para empezar, ya lo había intentado, y la única persona capaz de decir algo para enmendar el asunto era él.
Mamá no se veía muy convencida, pero terminó accediendo, dijo que iba a mentir por mi, y que diría que había quedado con unas amigas de urgencia o algo por el estilo.
Nos despedimos en la puerta, me dejó algo de dinero y un beso en la cabeza. Lo más probable es que Yoongi tampoco vaya, a no ser que sus padres lo obliguen, en ese caso, estoy segurísima de que está rezando para que yo no cruce esa puerta.
